Técnica Alexander para mejorar postura y combatir dolores
La técnica Alexander es un método somático para mejorar el rendimiento físico y mental. El exceso de tensión, que Frederick Alexander, el creador, reconoció como física y mental, limita el movimiento y crea presión sobre las articulaciones, la columna vertebral, el mecanismo de respiración y otros órganos. El objetivo de la técnica es recuperar la libertad y la expresión del cuerpo y limpiar el pensamiento.
La técnica Alexander ayuda a los estudiantes a mejorar su rendimiento global, tanto físico como mental, por lo que posee una amplia gama de beneficios.
La literatura reciente confirma su utilidad en el dolor de espalda, el dolor crónico, los problemas posturales, las lesiones por estiramientos repetidos, los beneficios durante el embarazo y el parto, la ayuda para aplicar la fisioterapia y los ejercicios de rehabilitación, la resolución de la tensión causada por el uso de ordenadores y las mejoras en la postura y el rendimiento de los escolares.
La técnica Alexander se enseña principalmente en sesiones individuales. También son frecuentes los talleres de trabajo introductorios o por aplicaciones especiales de la técnica (por ejemplo para músicos). Estas lecciones duran entre media hora y una hora y se enseñan en serie. El número de lecciones varía de acuerdo con la gravedad de las dificultades del estudiante y con la coordinación o el interés del estudiante en alcanzar la mejoría mediante el estudio continuado.
En las clases, los maestros dirigen al estudiante a través de movimientos simples (los estudiantes deben vestirse cómodamente) y utilizan sus manos para ayudarle a identificar y detener los patrones destructivos de tensión. Esta surge a partir de un proceso mental además de físico, por lo que es probable que se produzcan discusiones o reacciones de conductas personales durante la lección.
La técnica ayuda a los estudiantes a moverse con facilidad y a mejorar la coordinación.
Al principio del movimiento (las lecciones son una serie de movimientos), la mayoría deja caer hacia atrás la cabeza, levanta los hombros hacia las orejas, arquea la parte baja de la espalda, estira las piernas y produce una tensión excesiva en su cuerpo. Alexander se refería a esto como a una mala utilización del cuerpo.
En cualquier momento de un movimiento, se puede establecer un uso adecuado. Si los músculos del cuello no tienen un exceso de tensión, la cabeza se lleva ligeramente hacia la columna vertebral, simplemente porque es más difícil por delante.
Cuando la cabeza está desequilibrada en el sentido anterior, desencadena una serie de reflejos de estiramiento de los músculos extensores de la espalda. Las lecciones de esta técnica ayudan a desarrollar una destreza en el uso de estos reflejos, junto con la actividad refleja en los pies y las piernas, los brazos y las manos, el mecanismo de respiración y otras partes del cuerpo.
Alexander observó que el funcionamiento adecuado del cuerpo era muy difícil de mantener, incluso durante el corto período de tiempo que Heva completar un movimiento sencillo. Las personas, especialmente los adultos, tienen unos hábitos de tensión muy fuertes asociados al movimiento.
El mal uso crónico de los músculos es frecuente, tal vez por repantigarse delante de la televisión o las pantallas de vídeo, estar sentado o conducir durante demasiado tiempo y andar poco, o por la tensión asociada a traumatismos anteriores. La rigidez del cuello después de un latigazo, torticolis frecuentes o la tensión en las piernas uas una fractura o un esguince son ejemplos de tensión habitual causada por un traumatismo.
Lo primero que un maestro de la técnica Alexander hace es aumentar la conciencia sensorial del estudiante sobre su excesiva tensión habitual, especialmente en el cuello y la columna vertebral. A continuación, el estudiante aprende a inhibir la tensión. Si se prepara para sentarse, por ejemplo, tensa los músculos de la forma habitual. Si se le pide que se olvide de sentarse y en lugar de eso libere el cuello y permita una menor contracción de sus músculos, puede empezar a cambiar esta respuesta tensa habitual al hecho de sentarse y sentirse mucho más relajado.
Al dejar que la cabeza repose en la columna vertebral siguiendo su equilibrio libre natural, manteniendo los ojos abiertos y centrados, sin estar en un estado de tensión, permitiendo que los hombros se liberen, que las rodillas no estén bloqueadas y que la espalda se alargue y se ensanche, el estudiante reduce en gran parte la tensión. En las lecciones de Alexander, los estudiantes aprenden a dirigirse a sí mismos de esta forma en la actividad y a adquirir destreza en un movimiento coordinado y fluido.
Precauciones
El objetivo de la técnica Alexander es educativo. Los maestros usan las manos simplemente para guiar ligeramente a los estudiantes en el movimiento. Por lo tanto, tanto las contraindicaciones como los posibles efectos secundarios fisiológicos son mínimos. No se intenta ningún tratamiento forzoso de los tejidos blandos o de las estructuras óseas, por lo 1ue son poco probables las lesiones en los tejidos, aun en el caso de errores en la enseñanza.
A medida que la conciencia sensorial del estucante se desarrolla durante las lecciones de Alexander, cada vez es más consciente de forma aguda de los patrones de atención crónica. Cuando el estudiante aprende a liberar el exceso de tensión de sus músculos y a mantener esta liberación en la actividad diaria, puede experimentar una tensión o dolorimiento en el tejido conectivo.
Esto se debe a que el tejido conectivo se adapta a los músculos alargados y liberados y al aumento de los movimientos de las articulaciones. Ocasionalmente los estudiantes pueden presentar mareos durante la lección, cuando los músculos contraídos se liberan y afectan al funcionamiento circulatorio o respiratorio.
La eventración forzada de los músculos y las posturas rígidas indican una supresión de la emoción. A medida que los músculos se liberan durante o después de la lección de Alexander, los estudiantes pueden experimentar fuertes emociones o cambios bruscos en el estado de ánimo. En algunos casos, los recuerdos somáticos afloran, llevando a la conciencia lesiones o traumatismos pasados. En ocasiones, esto causa una ansiedad extrema, y el maestro puede hacer consultas para pedir consejo.
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