Remedios para hemofilia
La hemofilia es una enfermedad congénita, es decir, que existe desde el nacimiento, y hereditaria, caracterizada por una coagulación deficiente de la sangre debida a la escasez de determinadas sustancias llamadas factores de coagulación.
Los factores de coagulación son proteínas del grupo de las globulinas, presentes en el plasma sanguíneo, que actúan como intermediarios en la cadena de reacciones que llevan a la coagulación del líquido hemático. Según el factor deficitario, existen diversos tipos de hemofilia.
Esta enfermedad la padecen casi exclusivamente los varones, puesto que los genes que la originan se encuentran en el cromosoma sexual X, y además son de carácter recesivo. Por otro lado, es poco frecuente: se calcula que aparece sólo en uno de cada 5.000 varones.
El síntoma típico de la hemofilia es la persistencia de las hemorragias: las pérdidas abundantes de sangre tras una extracción dentaria o a consecuencia de una leve herida, o los grandes hematomas causados por golpes nimios son problemas frecuentes entre los hemofílicos.
El déficit en los factores de coagulación que provoca la hemofilia varía de unas personas a otras, y por tanto también varía la gravedad de la dolencia. En los casos más graves llegan a producirse incluso hemorragias en los músculos y en las articulaciones (hemartrosis) a la más mínima sobrecarga. La repetición de las hemartrosis conduce a la larga a una anquilosis, es decir, abolición de los movimientos de las articulaciones.
A continuación, remedios caseros para hemofilia que complementan el tratamiento médico convencional.
Remedios populares
Remedio para hemofilia #1: Verter 1 cucharadita de bolsa de pastor (planta) en 1 taza de agua que esté hirviendo. Dejar en reposo por 10 minutos y filtrar. Tomar 1 taza a diario. Esta planta tiene efectos hemostáticos (limita las hemorragias)
Remedio para hemofilia #2: Mezclar, a partes iguales, milenrama y pie de león y extraer 1 cucharada de esta mezcla. Verter en 1 taza de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Colar y tomar 1 taza al día 3 veces a la semana.
Remedio para hemofilia #3: Hervir 1 litro de agua y cuando llegue al punto de ebullición, verter 3 cucharadas de llantén menor. Dejar refrescar y colar. Beber 3 tazas diarias.
Remedio para hemofilia #4: Verter en 1 taza de agua que esté hirviendo 1 cucharada de hojas y flores de ambrosia. Dejar refrescar y colar. Beber 1 taza al día.
Preguntas y respuestas
¿Puede hacerse algo para curar o evitar la hemofilia?
Por desgracia no, pues no es posible alterar la información genética que provoca el déficit en la producción de factores anticoagulantes. De todos modos, los avances en las técnicas terapéuticas han permitido la obtención de plasma sanguíneo que contiene una concentración elevada del factor que escasea en el enfermo, y así pueden detenerse las hemorragias que éste padezca. Gracias a ello se ha conseguido mejorar mucho la calidad de vida de los hemofílicos.
¿Es verdad que la hemofilia es una enfermedad frecuente entre los reyes?
Esta idea se debe a un hecho concreto ocurrido en la realeza europea. La reina Victoria de Inglaterra era portadora de la enfermedad, y la transmitió a sus descendientes. Al contraer éstos matrimonio consanguíneo en las sucesivas generaciones, la hemofilia se manifestó en varios de ellos. Pero dicha circunstancia no significa que esta dolencia sea más frecuente en los individuos «de sangre real» que en el resto de la población.
Para que una mujer padezca hemofilia debe ser hija de un padre hemofílico…
Y de una madre portadora de esta dolencia. Debido a la escasa probabilidad de que se dé esta circunstancia, se comprende que tales casos sean muy raros. Por otro lado, las posibilidades de supervivencia de una mujer hemofílica son ínfimas, y aun menos las de tener descendencia.
Dado que un hemofílico puede desangrarse debido a una simple herida, ¿cómo se le somete a una operación quirúrgica?
Este problema no podía ser solventado antiguamente, y por desgracia los enfermos de hemofilia se veían obligados a prescindir de la cirugía. Pero en la actualidad existen técnicas médicas que permiten aislar el factor de coagulación que les falta a los hemofílicos. De este modo, utilizando plasma que contenga este factor a elevada concentración es posible restablecer una coagulación correcta durante el tiempo necesario para que las heridas cesen de sangrar.
Cuando a una persona hemofílica le transfunden plasma con el factor de coagulación que le falta…
Desarrolla a veces anticuerpos contra dicho factor, de modo que éste queda inactivado y el tratamiento no resulta eficaz. Cuando esto ocurre, la capacidad para formar anticuerpos permanece, y por tanto el problema reaparecerá a cada nueva transfusión. Para evitarlo, al hemofílico se le administra una sustancia supresora de la inmunidad conjuntamente con el factor de coagulación.
Los factores de coagulación que se proporcionan a los hemofílicos cuando sufren una hemorragia o cuando se prevé que van a sufrirla…
Sólo son activos durante unas horas. Por lo tanto, su administración debe efectuarse de manera continua, para cubrir no sólo la operación sino todo el tiempo que tarden las heridas externas o internas en cicatrizar.
¿Hasta qué punto la hemofilia impide llevar una vida normal?
Con los actuales avances de la medicina, los hemofílicos pueden llevar una vida que prácticamente no se diferencia de la que hacen las personas normales. Lo que sí deben evitar es todo aquello que favorezca la probabilidad de sufrir heridas o contusiones.
¿Por qué la hemofilia puede producir artrosis?
Las articulaciones del cuerpo son lugares que están especialmente expuestos a sufrir pequeños traumatismos. Tales traumatismos provocan hemorragias, que a su vez generan reacciones inflamatorias en los cartílagos articulares. Si estas circunstancias se repiten, las articulaciones terminan por presentar una anquilosis más o menos grave. Las regiones afectadas con más frecuencia son las rodillas, los codos, las vértebras dorsales y las caderas.
Si las mujeres portadoras de hemofilia no presentan ningún síntoma de la enfermedad, ¿cómo se descubre que lo son?
Este trastorno se puede constatar mediante la determinación de los niveles sanguíneos de los factores de la coagulación cuya escasez provoca la hemofilia; de este modo, puede presumirse si una mujer es portadora de la enfermedad, puesto que sus tasas de coagulación suelen hallarse por debajo de lo normal, generalmente en el 60 % de lo habitual o menos, aunque no provoque manífestaciones.
¿Hay distintos grados de hemofilia?
Sí. La intensidad de las alteraciones hemorrágicas depende de la concentración en la sangre del factor de coagulación que escasea en el enfermo. Cuando ésta es inferior al 5 % de la normal, la hemofilia es muy grave, pues se presentan hemorragias intensas tras mínimas heridas o ligeros traumatismos.
Cuando se encuentra por debajo del 5 al 25 %, sólo se producen grandes hemorragias tras intervenciones quirúrgicas o traumatismos de cierta consideración. Entre el 25 y el 50 %, la tendencia a la hemorragia sólo aparece en los grandes traumatismos o heridas. A partir del 50 % de la concentración normal, el déficit de factor coagulante no se manifiesta.
¿Cuáles son los lugares del cuerpo en los que los hemofílicos tienen más hemorragias?
Dejando aparte las heridas que se originan en la piel, en los hemofílicos las hemorragias se presentan principalmente en los músculos y en las articulaciones. Son también frecuentes en la mucosa bucal, en las vías urinarias y en el aparato digestivo.
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