Vitaminas y minerales para las hemorroides
Las venas dilatadas en el recto son una antigua aflicción. Se dice que los filisteos estaban invadidos de hemorroides después de haber capturado el Arca de la Alianza, y que Napoleón podría haber ganado la batalla de Waterloo si sus hemorroides le hubieran permitido montar su caballo el día en que planeaba comenzar la batalla.
Gran parte del estimado 80 por ciento de los estadounidenses que tienen hemorroides se enteran del problema solamente cuando las protuberantes venas salen por el orificio anal y se rompen, causando con ello sangrado, o se presentan como dolorosas venas varicosas externas.
Como explica Sidney E. Wanderman, M.D., en el libro Hemorroids (Consumer Reports Books, 1991), las membranas internas carecen de fibras nerviosas sensibles al dolor; pero las várices externas están repletas de nervios susceptibles al dolor. Aunque muy pocas veces constituyen una afección precancerosa, se requiere de diagnóstico y tratamiento profesional cuando hay dolor agudo o sangrado frecuente.
La herencia genética y los años son factores de predisposición, pero la mayoría de las hemorroides son consecuencia de una presión excesiva sobre las venas del ano al sentarse o pararse durante largos períodos de tiempo, de levantar con frecuencia objetos pesados, del embarazo o de la obesidad.
La causa principal sin embargo, es el estreñimiento. Hacer esfuerzo para defecar o sentarse en el inodoro durante más de cinco minutos seguidos, hace que el tejido alrededor del ano se llene de sangre.
El uso excesivo de los enemas o laxantes puede destruir la capacidad normal del organismo para eliminar los desechos y puede estimular o empeorar los problemas de hemorroides. Para limpiar suavemente el área del ano después de cada evacuación intestinal se recomienda usar toallitas de papel húmedas para bebé, servilletas faciales impregnadas con crema humectante o papel higiénico mojado debajo del grifo.
A continuación, se detallan algunas vitaminas y minerales que ayudan a combatir y aliviar las hemorroides
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Vitaminas y minerales para las hemorroides
Los ungüentos que contienen vitaminas A y D o E pueden resultar útiles para lubricar y aliviar el dolor. Se ha visto que los suplementos orales benefician a muchas personas que padecen de hemorroides.
Vitamina A En forma de beta-caroteno, 25.000 unidades internacionales IU diarias para promover la curación.
Complejo B Una tableta al día con todas las vitaminas B, además de 10 a 50 miligramos de vitamina B-6 con cada comida para mejorar la digestión y reducir la presión sobre el recto.
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Vitamina C con bioflavonoides De 1.000 a 5.000 miligramos en dosis diarias divididas para fortalecer los capilares de las venas que están cerca del ano y para ayudar a la curación.
Calcio y Magnesio De 800 a 1.500 miligramos de calcio, más 500 a 750 miligramos de magnesio para ayudar a la coagulación normal de la sangre. Con la aprobación del médico, puede resultar beneficioso alterar las cantidades de estos minerales a 600 u 800 miligramos de calcio, más 1.200 a 1.600 miligramos de magnesio.
Vitamina E De 400 a 800 unidades internacionales IU a diario. Se cree que la vitamina E mejora la circulación, estimula la coagulación normal de la sangre y la curación y ayuda a prevenir o a disolver los coágulos en las várices hemorroidales.
Para aumentar los suplementos orales, a las hemorroides externas se les puede aplicar aceite de vitamina E o aceite de germen de trigo (el cual contiene vitamina E), o lecitina líquida.
Para las hemorroides internas dolorosas, se pueden usar las cápsulas pinchadas como supositorios, o puede inyectarse en el recto, una onza (30 mi) de aceite de vitamina E o de aceite de germen de trigo (wheat germ), con una jeringuilla de bebé.
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