Vitaminas y minerales para las varices o venas varicosas
Las várices no son un efecto secundario de la vida moderna: las venas abultadas y azules en las piernas están descritas en un papiro egipcio de 3.400 años de antigüedad. La causa es una predisposición genética para un mal funcionamiento del sistema circulatorio.
La sangre es bombeada del corazón, con la ayuda de la gravedad, a través de las arterias y hasta las piernas, donde es recolectada por las venas.
Luego la sangre regresa al corazón, contra la fuerza de la gravedad, por medio de contracciones de los músculos de las piernas, con la ayuda de válvulas venosas de una sola vía. Las válvulas que gotean, o las paredes debilitadas de las venas, pueden causar que las venas superficiales aparezcan abultadas, distorsionadas.
Las venas internas de las piernas rara vez son afectadas porque están apoyadas en músculo y grasa.
Pese a que los expertos estiman que el factor de herencia hace que la mitad de la población sea susceptible a várices o venas varicosas, uno o más factores agravantes deben presentarse antes de que el problema se haga evidente.
Las fluctuaciones hormonales durante el embarazo y la menopausia podrían ser responsables de la alta proporción de várices entre las mujeres. Deficiencias en la dieta, o la pérdida de elasticidad de la piel causada por el envejecimiento son factores agravantes.
Estar de pie o sentado durante largos períodos de tiempo, el estreñimiento, la ropa apretada, la falta de ejercicio, la obesidad o el levantar objetos pesados con frecuencia, pueden interferir con la circulación normal e incrementar la probabilidad de que se desarrollen venas varicosas, y pueden agudizar una varicosis ya existente.
En casos crónicos, las venas distendidas pueden estar acompañadas por dolor o escozor, y si la piel distendida cede, se podrían formar heridas abiertas, llagas o úlceras.
La alimentación rica en vitaminas y minerales podrían ser beneficiosa en la prevención y tratamiento de las várices.
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Vitaminas para las várices
Vitamina A En forma de beta-caroteno, 25.000 unidades internacionales IU para reforzar la piel y acelerar la curación de las úlceras varicosas.
Complejo B Una tableta diaria además de una cucharada de levadura de cerveza (brewer’s yeast) para ayudar a mantener fuertes los vasos sanguíneos.
Vitamina C con bioflavonoides De 1.000 a 5.000 miligramos de vitamina C y de 100 miligramos a 1.000 miligramos de bioflavonoides, en dosis diarias divididas, para ayudar a la circulación, ayudar a curar las lesiones y reforzar las paredes de las venas, evitando que se dilaten.
Vitamina E De 300 a 800 unidades internacionales IU en dosis gradualmente incrementadas para mejorar la circulación, reducir la susceptibilidad a las venas varicosas, aliviar el dolor y algunas veces, curar las várices. Aplicaciones tópicas de vitamina E extraída de cápsulas, con frecuencia alivian una irritación localizada y aceleran la curación de úlceras varicosas.
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Minerales y suplementos para las várices
Lecitina Una cucharada diaria de gránulos (o dos cápsulas con cada comida) para emulsionar las grasas y ayudar a la circulación.
Sales de tejidos Dos tabletas de Cale. Fluor. 6X cada mañana y noche para mejorar la elasticidad de las paredes de los vasos sanguíneos.
Zinc 50 miligramos diarios para ayudar en la curación y la formación de colágeno, y para ayudar a mantener la adecuada concentración de vitamina E en la sangre.
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Recomendaciones
Si hay dolor, si parecen contener coágulos de sangre, o hay ruptura y sangrado, debería consultarse de inmediato con un médico.
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