Remedios para la obesidad infantil
La obesidad infantil es un trastorno, cada vez, más común alrededor del mundo.
Ésta se caracteriza por un exceso de grasa corporal en diferentes zonas del organismo.
Se presenta, específicamente, cuando el niño o niña tiene un peso superior al 20% del peso ideal para su edad, talla y sexo y se habla de obesidad mórbida cuando dicho porcentaje es igual o superior al 150%.
Es importante observar que la obesidad infantil puede causar en el niño, especialmente cuando asiste a la escuela, problemas en el campo psicológico como depresión, baja autoestima, inseguridad emocional por el sentimiento de rechazo y de censura de parte de los maestros, compañeros de clases, etc. El niño, para calmarse, puede intentar ingirir grandes porciones de alimentos.
Igualmente, la obesidad infantil propicia la aparición, cuando el niño o niña crezca y llegue a la edad adulta, de enfermedades como la diabetes, arteriesclerosis, infarto de miocardio, aumento en el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer, problemas articulares, etc.
Sus causas son diversas y pueden incluir:
- Predisposición genética
- Enfermedades endocrinas (de hormonas como la glándula tiroides)
- Tener hábitos alimentarios poco saludables: consumir alimentos de alto contenido en calorías en grandes cantidades, comer entre horas…
- Hacer poco o ningún ejercicio físico.
Remedios populares
Remedio para la obesidad infantil #1: Preparar ensaladas con brócoli. Este vegetal contiene muy pocas calorías y apenas un 1% de grasa, pero es rico en calcio, hierro, vitaminas y fibra, lo que ayuda al niño en su proceso de crecimiento y, a la vez, es un aliado a la hora de combatir la obesidad infantil.
Remedio para la obesidad infantil #2: Proporcionar al niño manzana, como tentempié, ya que sólo aporta 50 kcal y tiene un efecto saciante además de las vitaminas y minerales que contiene.
Remedio para la obesidad infantil #3: Brindar mandarina, en jugos o como postre, al niño, ya que aporta vitamina C, ácido fólico, fibra y muy pocas calorías(37 por 100 gramos). Recientemente se ha descubierto que tiene una sustancia, la nobiletina, que previene la obesidad y protege contra la diabetes tipo 2 y la aterosclerosis.
Remedio para la obesidad infantil #4: Añadir berenjenas en las ensaladas una o dos veces por semana, ya que además de ser muy nutritivas, facilitan el metabolismo de las grasas.
Remedio para la obesidad infantil #5: Existen remedios homeopáticos utilizados en caso de obesidad infantil: Antimoníum crudum, Calcárea carbónica, Calcarea sulphurica, Capsícum, Ferrum metallicum, Medorrhinum, Pulsatilla, Sepia y Thuja y para la obesidad infantil psicosomática, hay: Antimonium crudum, Capsicum y Pulsatilla.
Recomendaciones
Recomendaciones generales
Determinar el peso ideal estimado del niño Para calcularlo, se debe multiplicar la edad en años por dos (2) más ocho (8). Si el niño tiene 5 años, por ejemplo, se multiplica 5×2+8=18. 18 kilos sería el peso ideal del niño.
Explicar al niño, en un lenguaje sencillo, la importante de tener una alimentación balanceada y una vida más activa, haciendo énfasis en el sentido de que más comida significa más movimiento y más actividad para consumirla. Es necesario que él o ella vea con claridad los beneficios de cambiar sus hábitos alimenticios.
Fomentar en el niño la práctica de algún deporte (natación, fútbol, baloncesto, etc.) o la realización de una actividad física al menos media hora diaria como caminar o pasear en bicicleta.Aliente el ejercicio. “Trato de que cada niño se involucre en algún equipo deportivo o alguna forma de
Invitarlo a usar las escaleras en lugar del ascensor.
Limitar el tiempo de televisión, ordenador o videojuegos. Estos tres elementos contribuyen a ganar rápidamente peso y a la obesidad en los niños. Esto generalmente se vuelve un problema en la edad en que se permite que los niños vean televisión u ordenador sin pedir primero permiso a los padres, probablemente a la edad escolar. Mientras más tiempo pase el niño sentado, menos tiempo estará brincando la cuerda, jugando rayuela o montando la bicicleta.
Programar salidas activas en familia. Las salidas familiares no tienen que centrarse en comer en un restaurante o en ir a la heladería. Se puede ir al zoológico u organizar un juego de fútbol con las familias del vecindario. os.
Recomendaciones nutricionales
Brindar al niño una dieta rica en proteínas, vegetales y frutas, y muy baja en frituras, embutidos, grasa animal, azúcar y en las harinas procesadas. Un ejemplo de menú saludable para un niño de dos años y medio en adelante sería:
Desayuno
Kéfir con plátano
Media mañana
1 manzana
Comida
1 porción de pechuga de pollo desmenuzado
1 puré de papas
1 Ensalada de brócolí, tomate y lechuga
1 macedonia de frutas
Media tarde
1 mandarina
Cena
1 ensalada de col con remolacha
Huevos rellenos con patatas hervidas
Jugo de uvas
Preparar las comidas a los niños siguiendo técnicas de cocina como al vapor, horno o al grill, en lugar de fritos.
Proporcionar al niño postres saludables como: yogur, granola, ensaladas de frutas, batido de frutas casero, galletas de arroz, arroz con leche y canela, etc.
Ofrecer abundante agua y jugos de frutas naturales (para hidratarlos y para calmar ciertas sensaciones de hambre) en lugar de gaseosas y jugos de frutas de fabricación industrial que, en muchas ocasiones, son muy azucarados y artificiales.
Evitar que el niño coma bocadillos como bollerías a la hora de ver televisión, ya que, al estar atento a ésta puede comer de más.
Solicitar al niño que coma lentamente.
Controlar el tamaño de las raciones que se sirve en el plato y a no repetir la ración,
Involucrar a toda la familia en un plan de alimentación saludable, ya que los padres pueden ayudar a su hijo con el ejemplo Igualmente, es necesario fijarse en los hábitos alimentarios de los demás miembros de la familia, puesto que el niño entre los ocho y los diez meses de edad, imitará la forma de comer de las demás personas (hermanos, abuelos, etc.) que vivan con él incluyendo la tendencia a utilizar excesivamente el salero o a estar comiendo bocaditos salados.
Evitar llevarlo a locales de comida rápida y preferir hacer, especialmente en verano, picnics al aire libre.
Evitar el «picoteo» entre horas.
Nunca obligarle a comer todo lo que hay en el plato.
Evitar premiar el buen comportamiento del niño con golosinas.
Procurar que el niño cene temprano, ya que el momento de dormir es para reparar el sistema nervioso y no para digerir una cena tardía. Si el niño cena temprano, podrá dormir con un sueño reparador, tendrá menos tendencia al insomnio y en la mañana tendrá claridad mental lo que ayuda a que rinda mejor en la escuela.
Acudir al médico si después de todas estas recomendaciones, el niño continua obeso, puede ser necesario el establecimiento de un tratamiento psicológico.
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