Analgésicos naturales (plantas y alimentos analgésicos)
Los analgésicos se definen como aquellas sustancias que alivian o suprimen el dolor físico y existen tantos los que se conseguien en las farmacias como los naturales.
Muchas personas, en especial aquellos con dolor crónico, abusan del consumo de grandes cantidades de analgésicos comerciales y se olvidan que son fármacos y, algunos de ellos, potencialmente peligrosos para la salud, sobre todo si se toman en dosis excesivas o durante largo tiempo.
Es importante observar, como se mencionó anteriormente, que existen los analgésicos naturales que son una alternativa y que pueden ser utilizados para aliviar el dolor y malestar en casos como artritis, fibromialgia, dolores de espalda, entre otros, y que, a continuacion, se detallan:
Plantas consideradas analgésicas naturales
Sauce Es originario del hemisferio Norte, donde crece en lugares húmedos cercanos a cursos de agua. Salix nigra es originario de América del Norte. La corteza se emplea como analgésico, astringente, tonificante del apetito, antirreumática y febrífuga.
La salicina y sus derivados tiene una acción netamente antiinflamatoria y contra el dolor, idéntica a la de los salicilatos (de ahí deriva su nombre). Por esa razón, su indicación principal son los procesos como los artríticos, reumáticos, la gota, las neuralgias, la gripe y los catarros.
Igualmente, la raíz de sauce se puede utilizar, como analgésico, en decocción (dos cucharaditas de postre por taza, cada ocho horas), en cápsulas (la dosis la indica la etiqueta), en extracto fluido (de uno a dos mililitros cada ocho horas) y en tintura (de cinco a ocho mililitros cada ocho horas).
Sin embargo, es importante recordar que no debe usarse en caso de alergia a los salicilatos, gastritis, úlcera péptica, asma, alteraciones de la coagulación ni en niños menores de 12 años. Tampoco es recomendable en el embarazo ni la lactancia.
Harpagoflto Es una planta africana. Entre la poblaciones nativas de África, el harpagofito se utilizaba tradicionalmente para curar contusiones, bajar la fiebre, calmar dolores en general, curar trastornos digestivos y aliviar los dolores del parto, ya que además estimula la liberación de oxitocina.
En sus largas raíces principales se desarrollan unas raíces secundarias que presentan unos tubérculos, aquí es donde se encuentran los principios activos de la planta, entre los que cabe destacar el harpagósido, el harpágido y el procúmbido.
La acción sinérgica de estos componentes hacen del harpagofito una de las plantas más utilizadas en fitoterapia para reducir la inflamación y aliviar el dolor. Esta actividad antiinflamatoria y analgésica actúa sobretodo a nivel del dolor en especial de los huesos, de espalda, entre otros.
Para beneficiarse de sus efectos analgésico, se recomienda mezclar a partes iguales 20 g de raíz de harpagoflto, corteza de sauce blanco (contiene ácido salicílico) y corteza de viburno. Se hierve en 750 ml de agua. Después de colarlo y mantener en reposo 10 minutos, se tomarán dos o tres tazas diarias en función de la intensidad del dolor. Lo normal es notar alivio importante al cabo de una semana de haber iniciado el tratamiento.
Ulmaria Esta planta herbácea vivaz, llamada también la reina de los prados, de hasta 1,5 metros de altura, se encuentra en prados y lugares húmedos de Europa, Asia Occidental y América del Norte, y algo menos en el Mediterráneo.
Era una planta sagrada para los druidas celtas, ya que sus propiedades medicinales fueron descubiertas muy pronto, especialmente gracias a su contenido en ácido salicílico, que le proporciona efectos antiinflamatorios y contra el dolor muy similar a la aspirina.
Se usan los capítulos florales, en infusión, a razón de 50 g por litro, en extractos, tinturas y nebulizados. Se recomienda por su actividad antiinflamatoria y analgésica, ya que contiene salicilato de metilo, y se aconseja en los casos de gota, artritis, afecciones reumáticas, golpes, contusiones o traumatismos.
Fresno Este árbol es originaria de terrenos húmedos y bordes de ríos de Europa, África mediterránea y Asia septentrional; asilvestrada en América del Norte.
Tiene muchas virtudes curativas, entre ellas, se considera un analgésico natural, antiinflamatorio, sudorífico, febrífugo, laxante discreto, diurético y astringente.
Una infusión para aliviar los dolores reumáticos consiste en mezclar a partes iguales fresno, grosellero negro, ortiga, ulmaria y ortosifón. Una cucharadita de esta mezcla se añade a una taza con el agua en ebullición y se deja reposar 10 minutos. Se cuela y se toma una taza cada ocho horas. Alivia el dolor reumático y el asociado a la gota.
Orégano Aunque es muy utilizado como condimento de cocina, y algunos conocen sus efectos para devolver el apetito y evitar la flatulencias, son pocos los que saben que en uso externo es capaz de calmar el dolor, en especial de las articulaciones y combatir distintas molestias posturales como la tortícolis. De allí que sea considerada entre los analgésicos naturales.
Para beneficiarse de esta propiedad, se vierten unas gotas de aceite esencial sobre el área dolorida y se efectúa un masaje circular dos o tres veces al día. Para el dolor de muelas, se hierven dos cucharadas de orégano y amapola con dos clavos 5 minutos y se deja reposar otros 10. Se hace un enjuague completo varias veces al día.
Otros plantas analgésicas naturales útiles en el tratamiento de los dolores musculares, reumáticos y óseos son el viburno (Viburnum opulus), la primavera (Prímula veris), la mejorana (Origanum majorana) y la albahaca (Ocinum basilicum).
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Alimentos considerados analgésicos naturales
Aceite de oliva es como el oro líquido o elixir cuando se trata de combatir el dolor. Es rico en polifenoles antioxidantes que ayudan a reducir el mecanismo de dolor común en el cuerpo.
Fresas están llenas de vitamina C, un antioxidante con poderosas propiedades reductoras del dolor, según investigaciones realizadas. Algunos estudios sugieren que la vitamina C puede ayudar a las personas a experimentar menos dolor después de romper un hueso o tener una cirugía ortopédica.
Cúrcuma Numerosos estudios han puesto en evidencia que la cúrcuma reduce el dolor y la inflamación. En uno de ellos se administró a 45 pacientes de cirugía, divididos en tres grupos, 400 mg de curcumina, 100 mg de fenilbutazona —un antinflamatorio— o bien un placebo. Se observó que la curcumina aportaba un alivio considerable sin los efectos secundarios del fármaco.
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