Arteterapia para el estrés, la depresión, la ansiedad y más
La arteterapia, llamada también terapia de artes creativas o terapia de artes expresivas, anima a las personas a expresar y comprender las emociones mediante de la expresión artística y del proceso creativo.
La arteterapia proporciona al paciente-artista una visión crítica de sus emociones, pensamientos y sentimientos.
Los beneficios clave del proceso que se sigue en arteterapia incluyen:
• Autodescubrimiento. En su punto de mayor éxito, la arteterapia desencadena una catarsis emocional.
• Satisfacción personal. La obtención de una recompensa tangible puede originar confianza y sentimientos que alimentan el propio valor. La satisfacción personal deriva tanto del componente analítico como creativo del proceso artístico.
• Autorización. La arteterapia puede ayudar a las personas a expresar visualmente emociones y temores que no pueden manifestar por medios convencionales, y puede darles algún tipo de control sobre estos sentimientos.
• Relajación y alivio del estrés. El estrés crónico puede ser molesto tanto para la mente como para el cuerpo: puede debilitar y dañar el sistema inmunitario, causar insomnio y desencadenar problemas circulatorios (como presión sanguínea elevada y latidos cardíacos irregulares). Cuando se usa sola o en combinación con otras técnicas de relajación, como las imágenes dirigidas, la arteterapia puede aliviar el estrés de forma eficaz.
• Alivio sintomático y rehabilitación física. La arteterapia puede ayudar a los pacientes a enfrentarse al dolor. Favorece la curación fisiológica cuando los pacientes identifican y luchan contra la angustia, el resentimiento y otros estresores emocionales. Suele prescribirse para acompañar la terapia de control del dolor en enfermos crónicos y terminales.
¿En qué consiste la arteterapia?
La arteterapia es un proceso que tiene dos partes, que incluyen tanto la creación artística como el descubrimiento de su significado, que se basa en las teorías de Freud y Jung del subconsciente y el inconsciente.
La arteterapia se basa en la asunción de que los símbolos y las imágenes visuales, que son accesibles para cualquier persona y son una forma natural de comunicación de la experiencia humana. Se anima a los pacientes a visualizar y después a dar forma a los pensamientos y emociones sobre los que no pueden hablar. La obra resultante se revisa posteriormente, y su significado es interpretado por el paciente.
Generalmente el «análisis» de la obra producida en la arteterapia permite a los pacientes obtener cierto nivel de autoconciencia sobre sus sentimientos, lo cual les permite trabajar sobre estas cuestiones de una forma constructiva.
La arteterapia se suele practicar cuando una persona, un grupo o una familia acuden a psicoterapia. Mientras que el terapeuta puede ofrecer una guía crítica sobre estas actividades, un signo clave de arteterapia eficaz es que el paciente-artista, no el terapeuta, dirija la interpretación de la obra.
La arteterapia puede ser un tratamiento especialmente útil para los niños, que frecuentemente tienen unas habilidades de lenguaje limitadas.
Al dibujar o emplear otros medios visuales para expresar los sentimientos que les trastornan, los pacientes más jóvenes pueden empezar a enfrentarse a estas cuestiones, aunque todavía no pueden identificar o catalogar las emociones con palabras.
La arteterapia también es muy valiosa para los adolescentes y los adultos que son incapaces o no quieren hablar de sus pensamientos y sentimientos. Por ello, resulta beneficios para las pesonas que sufren de depresión y ansiedad.
Más allá de su uso en salud mental, la arteterapia también se emplea con la medicina tradicional para tratar enfermedades y trastornos orgánicos. La conexión entre la salud física y la mental está bien documentada. Se recomienda la arteterapia para el estrés, ya que permite al paciente que desarrolle actividades para enfrentarse a él.
La arteterapia se ha centrado tradicionalmente en los medios visuales como pintura, escultura y dibujo. Algunos profesionales de la salud mental han ampliado la definición para incluir música, cine, danza, escritura y otros tipos de expresión artística.
La arteterapia suele ser una parte del programa de tratamiento psiquiátrico en instituciones o como tratamiento ambulatorio, y puede llevarse a cabo en sesiones de terapia individual o de grupo (estas últimas en hospitales, clínicas, albergues o programas comunitarios).
Estas sesiones aportan los beneficios añadidos de la interacción social positiva, la empatia y el apoyo de los compañeros. El paciente-artista puede aprender que los demás tienen preocupaciones y problemas similares.
Preparaciones
Antes de iniciar la arteterapia, el terapeuta suele tener una sesión introductoria con el paciente-artista para discutir las técnicas de arteterapia y ofrecerle la oportunidad de hacer preguntas sobre el proceso. La comodidad del paciente-artista durante el proceso artístico es crítica para su éxito. El terapeuta garantiza que dispone de los materiales y del espacio apropiados para el paciente-artista, así como de una cantidad suficiente de tiempo para la sesión.
Si la persona desea explorar la arteterapia sin la dirección de un terapeuta entrenado, también son importantes los materiales empleados, el espacio y el tiempo para que la experiencia creativa tenga éxito.
No existe limitación en la arteterapia en cuanto a los materiales que se emplean, tan sólo la imaginación del artista y/o del terapeuta. Procurar que el artista tenga sus materiales con variados colores y texturas puede aumentar su interés por el proceso y dar lugar a una exploración más rica y diversa de sus emociones, que se reflejan en la obra.
El lugar de trabajo donde tiene lugar la creación también es muy importante. Idealmente, debe estar bien iluminado, ser tranquilo y cómodo, con mesas espaciosas y otras superficies de trabajo. Puede ser tan sencillo como una cocina o una mesa de oficina o tan sofisticado como el estudio de un artista.
Este debe tener tiempo suficiente para sentirse cómodo e implicarse en la exploración del proceso creativo; esto es crucial para las personas que no se consideran «artistas» y que pueden sentirse incómodas con este concepto.
Tanto si la sesión se realiza en grupo como con una persona sola, el terapeuta debe estar disponible para responder a las preguntas que se le hacen sobre los materiales y el proceso creativo. Sin embargo, debe tener cuidado de no influir en la creación o la interpretación del trabajo.
Precauciones
Los materiales y las técnicas empleados deben adaptarse a la edad y la capacidad del usuario. Las personas con discapacidades, como una lesión cerebral traumática o una enfermedad neurológica orgánica, suelen tener dificultades en la parte de autodescubrimiento del proceso de la arteterapia, según su nivel funcional.
Sin embargo, también pueden beneficiarse de la arteterapia a través de la estimulación sensorial y el placer derivado de la atracción artística.
Aunque la arteterapia es accesible a todos (con un terapeuta que dirija el proceso o sin él), puede ser difícil extraer todo el potencial de su parte interpretativa sin un terapeuta que dirija el proceso.
Cuando la arteterapia se escoge como herramienta terapéutica para enfrentarse a un trastorno físico, debe tomarse como una terapia complementaria y no como un sustituto de un tratamiento terapéutico convencional.
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