Remedios para la articulación temporomandibular (ATM)
El síndrome de la articulación temporomandibular abarca un grupo de síntomas que causan dolor en la cabeza, la cara y la mandíbula. Los síntomas incluyen dolor de cabeza, dolorimiento de los músculos masticatorios y chasquidos o rigidez de las articulaciones.
El síndrome de la articulación temporomandibular se debe a la presión sobre los nervios faciales por tensión muscular o anomalías de los huesos de la zona de la articulación entre la mandíbula y el hueso temporal. Esta articulación es la temporomandibular. Existen dos articulaciones tempo-romandibulares, una a cada lado del cráneo, justo por delante de las orejas.
El hueso temporal es el nombre que recibe la parte del cráneo en la que se articula la mandíbula. Esta se mantiene en su sitio por una combinación de ligamentos, tendones y músculos. La articulación temporomandibular también contiene una pieza de cartílago denominada disco, que impide el rozamiento entre la mandíbula y el hueso temporal.
Los pivotes de la mandíbula que pertenecen a la articulación están justo por delante del pabellón auricular. El movimiento de la mandíbula es complicado, porque puede moverse de arriba abajo y hacia los lados, además de hacia delante. Cualquier cosa que cambie la forma o el funcionamiento de la articu. lación temporomandibular puede causar dolor y otros síntomas.
Causas y síntomas
El síndrome de la articulación temporomandibular tiene varias causas físicas posibles:
Tensión muscular. La rigidez muscular de la articulación temporomandibular suele deberse a un exceso de uso de los músculos, que a su vez puede asociarse a estrés psicológico, cierre intenso de la boca o rechinar de dientes (bruxismo).
Traumatismo. Un traumatismo directo sobre la mandíbula o el lado de la cara puede producir una fractura ósea, un hematoma de los tejidos blandos o una luxación de la articulación temporomandibular.
Artritis. Tanto la artrosis como la artritis reumatoide pueden ocasionar el síndrome de la articulación temporomandibular.
Luxación del disco. Se trata de un trastorno en el que el disco de cartílago permanece delante de su posición adecuada. En la mayoría de los casos, el disco se desplaza fuera de su localización correcta y da lugar a un ruido de crepitación cuando se mueve. En pocos casos, el disco se encuentra permanentemente fuera de su sitio, y el movimiento de la mandíbula queda limitado.
Hipermovilidad. Es un trastorno en el que los ligamentos que mantienen a la mandíbula en su sitio son demasiado «flojos», y la mandíbula tiende a deslizarse de su ubicación.
Anomalías congénitas. Son las causas menos frecuentes del síndrome de la articulación temporomandibular y afectan a una minoría de pacientes. En algunos casos, el extremo de la mandíbula es demasiado pequeño, mientras que en otros es demasiado grande.
Los síntomas del síndrome de la articulación temporomandibular dependen en parte de su causa. Los más habituales son dolor facial por delante de las orejas, dolor de cabeza, dolor de los músculos de la mandíbula, chasquido al masticar, sensación de roce al abrir y cerrar la boca y luxación temporal de la mandíbula.
Algunos pacientes también refieren una sensación de zumbido los oídos. Habitualmente la propia articulación temporomandibular no es dolorosa. La mayoría de los casos de síndrome de la articulación temporomandibular se observa en mujeres entre 40 y 50 años.
El síndrome de la articulación temporomandibukar lo diagnostican con más frecuencia los dentistas
habitualmente a través de la exploración física e la cara y la mandíbula. Esta exploración incluye la presión o palpación de los músculos de la mandíbula buscando la presencia de dolor o pidíéndole al paciente que abra y cierre la boca con el fin de detectar el mal alineamiento de los dientes de ambos maxilares. Este trastorno se denomina maloclusión dental.
Remedios populares y terapias alternativas
En muchos casos, la causa del dolor en la zona de la articulación temporomandibular es temporal y desaparece sin tratamiento. Aproximadamente el 80% de los pacientes mejoran a los seis meses sin medicación o tratamiento físico.
El biofeedback, que enseña a la persona a controlar la tensión muscular y cualquier dolor asociado mediante el pensamiento y técnicas de visualización, también es una opción terapéutica para este síndrome.
En el tratamiento con biofeedback, se colocan sensores sobre la superficie de la mandíbula, que están conectados a una máquina especial que permite al paciente y al profesional monitorizar de forma visual y audible el nivel de tensión de los músculos de la mandíbula.
Mediante relajación y ejercicios de visualización, el paciente alivia la tensión y puede ver y oír realmente los resultados y sus esfuerzos a través de la traducción en un monitor de la lectura del sensor del equipo de biofeedback.
Cuando el paciente ha aprendido la técnica y es capaz de diferenciar las sensaciones de tensión y de relajación muscular, ya no es necesario el propio equipamiento electromiográfico de biofeedback, y el paciente dispone de una herramienta terapéutica potente, portátil y que puede administrarse para enfrentarse al dolor y a la tensión.
Las técnicas de control del estrés y de relajación son útiles para eliminar el hábito de cerrar fuertemente y rechinar los dientes. Los fuertes músculos de la mandíbula suelen relajarse aplicando compresas calientes a ambos lados de la cara. La acupuntura puede reducir la tensión mandibular asociada al síndrome.
El masaje terapéutico y la reanimación tisular profunda también pueden ayudar a eliminar la costumbre de cerrar fuertemente los dientes. Dosis suplementarias de calcio y magnesio también sirven para relajar los músculos.
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