Por lo regular, cada huso horario cruzado requiere más o menos un dia de ajuste. El reloj biológico interno es en realidad todo un conjunto de relojes controlados por un reloj maestro. Cada célula del cuerpo es un reloj, y a todos los sincroniza un coordinaro que está en el cerebro.
Normalmente, los relojes biológicos operan con base en ciclos de más o menos 24 a 25 horas de duración, pero los cambios rápidos en el tiempo alteran esa sincronía y el resultado es una descompensación por viajar en avión: fatiga, letargo, insomnio, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, irritabilidad, quizá hasta diarrea y falta de apetito.
Aunque no podrá detener el tiempo, sí puede hacer muchas cosas para reducir los efectos de la descompensación por viajar en avión.
Sugerencias para llegar alerta:
– Ajústese a un horario. Durante agunas semanas, o por lo menos días antes de su partida, debe mantener un horario sensato. Las personas que no tienen orden en su vida, como los que se desvelan y comienzan sus actividades a las 2:00 de la mañana tienen más dificultades con la descompensación causada por viajar en avión. Asegúrese de que sus ritmos circadinos estén sincronizados.
– Duerma lo suficiente. Si se roba aunque sea un poco de sueño justo antes de su viaje, seguro que empeorará su descompensación por viajar en avión. Las noches previas a su viaje dése unos 15 minutos de sueño adicional por noche.
– Vuele de día, llegue de noche. El mejor plan es llegar a su destino hacia la mitad de la tarde, cenar algo e ira a la cama alrededor de las 11:00 de la noche, hora de su destino. Esta disposición da a su cuerpo la óptima oportunidad para que se ajuste al cambio en los husos horarios.
– Beba bastantes líquidos durante el vuelo. Las cabinas de los aviones son extremadamente secas, de modo lo que los líquidos ayudarán a combatir la deshidratación. Es claro que estar deshidratadl no le ayudará a vencer la descompensación por viajar en avión.
– Evite el alcohol. Prefiera jugos. El alcohol es un diurético que empeorará su deshidratación.
– Haga de cuenta que no viaja en avión. Consiga una almohada y cierre los ojos, pero no duerma, haga de cuenta que no está volando. Sueñe despierto, pensando en cosas agradables y placenteras, o tan sólo haga planes de lo que hará la siguiente semana.
– Aquiétese y relájese. Use el vuelo como una oportunidad de disfrutar el aislamiento y de obtener un poco de relajación. Así no padecerá de demasiada tensión antes de pedir a su organismo que cambie repentinamente tres horas.
– A donde fueres, haz lo que vieres. Cuando llegue a su destino, comience a adaptarse a su nuevo ambiente con la mayor rapidez posible. Intégresem observe los nombres de las nuevas calles y el lenguaje de la gente. Esto lo ayudará a ajustarse.
– Conviva. Eso tiene especial importancia si su cuerpo le pide dormir pero en su sitio de destino sólo es media tarde. Cuando convivimos con otroas personas, nuestros organismos suponen que es de día porque los humanos somos, por naturalez, criaturas diurnas. Por eso muchos trabajadores que cambian turnos de trabajo tienen síntomas parecidos a los de la descompensación por viajar en avión.
– No duerma siesta. O, si lo hace, limítela a una hora. Las siestas sólo retrasarán su ajuste a la zona de horario distinto.
– Absorba luz del sol. Expóngase al sol lo más que pueda en su lugar de llegada, ésta exposición le ayudará a mantener su reloj biológico en vigilia y estimulado durante las horas diurnas en su sitio de destino.
Cuando la luz llega a su ojo, se liberan neurotransmisores que de inmediato envían una señal a regiones específical del cerebro. A su vez, estas regiones cerebrales avisan al resto del organismo que está por iniciarse su fase de vigilia y actividad.
– Haga cita con el sol. También es importante la hora en que se exponga a la luz del sol. Por ejemplo, la luz de las primeras horas del día parece adelantar el reloj biológico, en tanto que la luz de las horas más avanzadas del día parece retrasarlo.
Si viaja hacia el Oriente expóngase a la luz del día por la mañana, y si viaja al Occidente, se recomienda que lo haga por la tarde. Pero esto sólo funciona si cruza seis o menos husos horarios.
– Haga ejericicios. Es natural, que si acostumbra a correr, también lo haga en su lugar de destino. No nada más estimulará el cuerpo, sino que le ayudará a estar alerta y le hará salir a la luz del día.
El ejercicio físico llega a reducir el número de días en que le afecta la descompensación por viajar en avión.
– Piense antes de reaccionar. Aplace la toma de decisiones importantes durante 24 horas o al menos hasta que se sienta descansado. Después de un viaje largo no va a pensar de la manera más lucida.
– Cambie sus hábitos de cafeína. Tres días antes del vuelo, deje de consumir cafeína, excepto de 3:00 a 4:00 de la tarde. Un día antes del vuelo se permite la cafeína solo entre las 7:00 y 8:00 de la mañana. El día del vuelo, beba de dos a tres tazas de vafé solo (sin leche), pero no lo haga después de las 11:30 de la mañana, y no consuma más cafeína el resto del día.
– Ajuste su reloj de pulsera a la nueva hora de su destino. Comience a aclimatarse al cambio en el tiempo, permanezca mentalmente activo 30 minutos antes de la hora de desayuno en su sitio de destino.
– Coma abundantemente con los lugareños. Tal vez llegue a su destino por la mañana, pero debe ingerir alimento hasta la hora local de la comida.
– Tome la vía diplomática. Varios días antes del vuelo, comience a acostarse una hora más temprano y a levantarse una hora más tarde.
– Viva según el reloj de su hogar. Después de llegar a su nuevo destino, mantenga su antiguo horario: comiendo y durmiendo a sus horas habituales.
– Invierta el proceso. De ser posible, emplee estas sugerencias para prepararse también para su viaje de vuelta a casa. Considere que la descompensación por viajar en avión es lago que ocurre en ambas direcciones.
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