Cómo reconocer los sintomas de infarto en la mujer
Hemos recibido preguntas relacionadas a las diferencias entre el infarto masculino y el femenino.
Es importante observar que sí existen diferentes síntomas y que, en ocasiones, las mujeres no las detectan a tiempo con sus subsecuentes resultados negativos.
En este sentido, se calcula que el 60% de los fallecimientos de mujeres en países desarrollados (y el 50% en países en vías de desarrollo) tienen una causa cardiaca detrás. Ambos datos vienen a poner de manifiesto que muchos de los hábitos de vida que adoptamos hoy en día no son adecuados o suficientes para cuidar el corazón.
Reconoce a tus enemigos y combátelos
El estrés, enemigo número 1. Según una investigación realizada por el Hospital de Brigham (Estados Unidos), las mujeres que trabajan bajo presión tienen un 40% más de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, el infarto incluido.
Para que no represente una gran amenaza, descubre maneras de relajarte al final del día y oblígate a relativizar lo que te ocurre, las presiones que recibes o las responsabilidades y problemas que tú misma vas arrastrando.
Otro aspecto a tomar en cuenta es la menopausia. Está demostrado que las hormonas femeninas que circulan por nuestro organismo durante la edad fértil ayudan al buen funcionamiento del corazón y a limpiar las arterias de la grasa dañina que las va estrechando. Por eso, que falten esas hormonas — por haber entrado en la etapa menopáusica — se considera un factor de riesgo.
Puesto que no es modificable y, tarde o temprano, los ovarios dejarán de trabajar y de producir esas hormonas protectoras, no hay más remedio que buscar otras armas con las que seguir estando “fuera de peligro”. Y no están demasiado lejos: la alimentación mediterránea (abundante en legumbres, cereales, frutas y verduras frescas y pescado) y el ejercicio físico. Esa es la combinación perfecta para mantenernos alejadas de los problemas cardiacos.
Otro enemigo de la mujer es el tabaco. Las mujeres no se salvan de sus dañinos efectos, que tienen una incidencia directa sobre el corazón y todas las estructuras que lo rodean. Al poco tiempo de dejar este hábito, el riesgo de sufrir un infarto se reduce de manera considerable. Una “calada” aumenta el ritmo cardíaco, que pasa de 5 a 20 latidos por minuto. Y eso no sería tan problemático si el tabaco no provocara, a la vez, una contracción de los vasos sanguíneos. ¿El resultado? Hay más presión en la sangre, pero menos sitio por donde circular.
Trastornos no controlados, como la hipertensión, el colesterol, la obesidad o la diabetes. De ahí que todavía sea más necesario llevar una buena y variada alimentación y realizar una actividad física que ayude a que esas enfermedades no se descontrolen.
Otro aspecto que se debe tomar en cuenta es las propias arterias. Las coronarias de las mujeres son más finas que en el hombre, por lo que a veces ni siquiera es necesario que se formen placas de grasa (ateroma) sino que esas arterias pueden cerrarse súbitamente por un espasmo coronario a raíz de un disgusto muy intenso, un shock repentino o un estrés agudo.
Cómo detectar un infarto en la mujer
Los síntomas de infarto en la mujer pueden ser más inespecíficos y menos claros que en el hombre: No suele aparecer dolor en el brazo izquierdo ni tan siquiera fuerte opresión en el pecho sino más bien una especie de quemazón en mitad del cuerpo que puede confundirse con acidez estomacal. Sí suele haber mareos y sudoración, pero en ellas estos síntomas son propios de trastornos habituales.
El primer error es, posiblemente, que ni la propia mujer le dé la importancia que merece y, por tanto, que acuda tarde al servicio médico.
El segundo, que los especialistas no consideren que se trata de un infarto. Pese a todo, y para evitar una situación complicada, bien valdría la pena que en esos casos (y sobre todo si la mujer tiene más de 50 años) se realizara un electrocardiograma. Y atenta a este otro dato: muchas mujeres “infartadas” cuentan que unas semanas antes notaron un cansancio extremo y dificultad para conciliar el sueño.
Un remedio para prevenir el infarto en la mujer
Especialistas del Hospital Slr Charles Gairdner de Australia aseguran que comer chocolate, por lo menos una vez a la semana, reduce un 35% el riesgo de morir por enfermedad cardiaca. Debe ser, preferiblemente, negro (al menos 75% de cacao) y tomarlo sin caer en excesos.
Es importante también recordar, como se ha mencionado anteriormente, que es necesario adoptar una dieta donde abunde los vegetales y frutas. Muchos sugieren la dieta mediterránea como un buen modelo a seguir.
Los ejercicios no deben faltar y se aconseja caminar por lo menos 30 minutos al día.
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