Propiedades del olmo para la gastritis, acidez y más

El olmo es un árbol caducifolio, perteneciente a la familia de las ulmáceas, que puede llegar a alcanzar una altura de hasta 30 metros. Tiene un  tronco robusto, recto y cubierto por una corteza gruesa y fisurada.

En cuanto a sus hojas, éstas son ovales, brillantes y alternas con bordes aserrados, asimétricas en la base, algo ásperas por la haz y vellosas por el envés y están surcadas por nerviaciones muy marcadas.

Las flores, blancorrojizas y agrupadas en hacecillos, aparecen mucho antes que las hojas. Los frutos son pequeñas sámaras, muy numerosas, están divididas en dos lóbulos y en su centro se halla una única semilla.  Los frutos empiezan a dispersarse aun antes de que el árbol desarrolle su follaje.

El olmo abunda en los países templados de Eurasia y África del Norte. Es buen árbol de sombra y produce una excelente madera. Se cultiva a menudo en los parques y avenidas.

La corteza de las ramas jóvenes se recolecta en el mes de febrero, antes de que broten las hojas; debe separarse su parte interna, blanca y húmeda, que se secará a la sombra en lugar aireado.

Propiedades curativas

Desde siempre se han conocido las virtudes astringentes y dermatológicas del olmo; Dioscórides médico y botánico de la antigua Grecia, lo expresa en su obra “De Materia Médica”: «Las hojas, majadas con vinagre y puestas son muy útiles en la sarna y sueldan cualquier herida, empero mucho más la corteza interior fajada, porque se deja tratar a manera de una correa. Bebida una onza de la corteza más gruesa, con vino o con agua fría, purga la flema.

El cocimiento de las hojas o de las cortezas de sus raíces, aplicado a manera de fomento, suelda los huesos quebrados con cierto callo que engendra. El humor que al apuntar las hojas se halla en unas vejigas suyas, da claro lustre al rostro si se unta con él.»

También Laguna se hace eco de lo dicho por Dioscórides, y añade que el licor de las vejigas aplicado en la parte inferior del braguerito en un poco de lienzo es buen remedio contra las quebraduras de los niños.

En la actualidad, se ha podido confirmar que la corteza del olmo  es depurativa, tónica, diurética, sudorífica y astringente, y se emplea, hoy en día, en decocción para el tratamiento de dermatosis, reumatismos, hidropesía. edemas o retención de líquidos.

Remedios populares

Remedio con olmo para la retención de líquidos: Verter en un litro de agua 60-70 g de corteza finamente troceada, o mejor aún, pulverizada, y dejar hervir durante 20 minutos. Después, esperar a que se enfríe y filtrar.  Beber cuatro o cinco tazas diarias.

Remedio con olmo para desintoxicar el organismo Hervir a fuego lento en dos litros de agua 128 g de corteza triturada hasta que el agua se reduzca a un litro. Beber, de esta decocción, un cuarto de litro, mañana y tarde.

Remedio con olmo para la eccema: Dejar al baño de María durante un par de horas 30 g de corteza finamente triturada en 100 g de aceite de almendras dulces. Dejar reposar unas horas y colar. Usar en aplicaciones locales.

Remedio con olmo para el reumatismo Mezclar cuidadosamente partes iguales de vaselina y de corteza de olmo pulverizada, y aplicar el ungüento obtenido sobre las partes afectadas.

Remedio con olmo para la acidez gástrica: Hervir 3 cucharadita de corteza de olmo en 1 taza de agua por 5 minutos y adicionar un toque de canela.  Tomar, aún tibia, luego de cada comida.

Remedio con olmo para el cansancio: Utilizar la esencia floral de olmo cuando el cansancio es causado por una sobrecarga de responsabilidades.  Este es un remedio de flores de Bach

Remedio con olmo para el dolor de garganta Verte 1 cucharada de corteza de olmo en polvo en una taza de agua que esté hiviendo. Dejar refrescar y realizar varias gárgaras al día con esta preparación.

Remedio con olmo para gastritis: Hervir por 5 minutos 3 cucharaditas de corteza de olmo en 1 taza de agua. Retirar del fuego y adicionar uas gotas de miel.  Beber 1 taza antes de cada comidas cn el fin de aliviar la gastritis.

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Remedio con olmo para las llagas cutáneas, úlceras y heridas infectadas Cocer durante 15 minutos en 1 litro de agua 120 g de corteza fresca de olmo o 60 g de la seca. Colar y agregar a la mitad del líquido otra parte igual de vinagre de vino tinto. A la otra mitad se le añade 3 cucharadas de miel de romero. Con la primera porción se lavan bien las partes afectadas. Suele escocer bastante.

Después se aplica una compresa humedecida en la segunda mezcla, la que contiene miel. Se coloca bien sobre la parte afectada y se sujeta con una venda. Esta cataplasma se cambia 3 o 4 veces al día. Es un buen auxiliar para proteger las heridas de infecciones.

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Contraindicaciones

No tomar en caso de sufrir de alergia al polen.

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