Remedios para el pénfigo
El pénfigo es una nfermedad crónica de la piel caracterizada por la aparición de brotes de ampollas, que se rompen y confluyen formando extensas lesiones ulcerosas.
Afecta a ambos sexos, con un ligero predominio en las mujeres, especialmente entre los 40 y los 60 años.
Es un trastorno autoinmune en el cual el sistema inmunológico produce anticuerpos contra proteínas específicas de la piel y membranas mucosas. Estos anticuerpos producen una reacción que lleva a una separación de las células epidérmicas y la consiguiente formación de ampollas.
Se desconoce la causa exacta del desarrollo de los anticuerpos contra los tejidos del propio cuerpo (auto-anticuerpos). Algunas veces, el pénfigo aparece debido a reacciones a medicamentos, aunque es poco frecuente.
Las ampollas características del pénfigo suelen aparecer primero en la cavidad bucal y en las ingles. Con frecuencia se presentan también en el cuero cabelludo, cara, cuello, axilas y genitales.
Al principio surgen de forma inconexa sobre la superficie cutánea, pero pronto se rompen, uniéndose unas con otras y formando extensas lesiones cruentas y muy dolorosas, que dan una extraordinaria fragilidad a la piel. Ésta carece de cohesión, de manera que puede desprenderse con facilidad mediante una presión ligera o por frotación.
Sin un tratamiento adecuado, las lesiones ocupan cada vez una mayor superficie cutánea; el estado general del paciente va empeorando progresivamente hasta que, en dos o tres años, puede llevar a la muerte.
Aunque ésta es una emfermedad que requiere de tratamiento médico, los remedios caseros y naturales pueden complementarse para su alivio.
Remedios populares
Remedio para el pénfigo #1: Consumir 1 cápsula de aceite de pescado por día
Remedio para el pénfigo #2: Consumir 3 cucharadas de aceite de coco virgen orgánica. Tanto este remedio como el anterior contienen ácidos grasos que reducen significativamente la inflamación en todo el cuerpo. El aceite de coco es también un agente anti-bacteriano, anti-hongo y anti-viral muy potente. Estos potentes beneficios hacen que tanto el aceite de pescado como la suplementación con aceite de coco sean esenciales para todos los pacientes con pénfigo.
Remedio para el pénfigo #3: Colocar un poco de aceite de coco en las áreas afectadas ayuda a acelerar la recuperación y la curación.
Remedio para el pénfigo #4: Tomar 30 minutos de exposición ininterrumpida al sol todos los días (especialmente en las manos y la cara), junto con tomar un suplemento de vitamina D de buena calidad. Es importante observar que uno de los principales beneficios de la vitamina D es que regula la capacidad de su cuerpo para combatir la infección, incluyendo la inflamación crónica y los trastornos autoinmunes
Remedio para el pénfigo #5: Aplicar con suavidad 1 cucharadita de gel de aloe vera o sábila sobre la zona afectada dos veces al día. Recordar hacer primero una prueba en una pequeña área de piel para asegúrese de que su cuerpo no tiene una reacción a este gel.
Remedio para el pénfigo #6: Añadir 1 cucharadita de hojas de saponaria en 1 taza de agua y hervir por 5 minutos. Tapar y dejar que se refresque. Lavar la piel afectada con esta infusión y dejar que la piel se seque de forma natural.
Remedio para el pénfigo #7: Verter 40 g de flores de saúco en 1 litro de agua que esté hirviendo. Tapar y dejar refrescar. Colar y lavar las áreas afectadas o empapar un paño limpio y aplicar, a modo de cataplasmas, sobre las lesiones dolorosas con ampollas.
Preguntas y respuestas
Normalmente, después de la extracción de una muela la herida cicatriza al cabo de unos días sin que se produzca ninguna complicación…
En caso de que, transcurrido un tiempo prudencial, no cicatrice o se formen ampollas en el espacio antes ocupado por la muela, hay que pensar que la herida se ha infectado, o bien que pueda tratarse de una forma inicial de pénfigo, pues algunas veces esta enfermedad empieza al cabo de un tiempo después de haberse extraído una muela. Si bien se desconoce por qué ocurre así, se sabe que no es debido a una mala actuación del dentista, sino a un mecanismo de autoinmunidad.
¿Es cierto que las ampollas del pénfigo ocasionan mucho picor?
Sí. La erupción de ampollas provoca al principio mucho picor en toda la zona afectada y progresivamente se hace cada vez más dolorosa, causando un serio malestar en los pacientes. Una vez desaparecido el brote de ampollas, si el enfermo ha respondido bien al tratamiento, es necesario asegurarse de la total ausencia de picor y dolor en las regiones donde estaban localizadas las lesiones antes de dar por curada la afección.
¿Existen diferentes tipos de pénfigo?
Sí, pero sus síntomas son todos muy parecidos. Las diversas variedades de pénfigo se diagnostican mediante análisis microscópicos de laboratorio tras realizar una biopsia de la lesión, ya que, salvo excepciones, es muy difícil determinar el tipo de pénfigo de que se trata sólo por la observación de las ampollas a simple vista.
El hecho de que a veces no se vean éstas se debe a que las ampollas del pénfigo son muy fláccidas y se rompen rápidamente, casi antes de que puedan observarse, dejando la superficie de la piel erosionada y recubierta posteriormente de costras. Por otra parte, las numerosas ampollas que se forman abarcan grandes zonas de la superficie cutánea, lo que da lugar a erosiones y costras de enorme tamaño.
¿Cuánto tiempo duran las ampollas del pénfigo?
En general, los brotes de ampollas permanecen entre una y tres semanas, durante las cuales la formación de lesiones es continua. A la primera erupción siguen otras, de modo que sobre la piel hay simultáneamente ampollas en diversos grados de evolución. Si se sigue el tratamiento correcto con corticosteroides por vía general, cesan de formarse nuevas lesiones y van curando las antiguas. Progresivamente se reduce la medicación hasta dosis de mantenimiento, de acuerdo con las necesidades del paciente. Sin tratamiento adecuado, los brotes de ampollas pueden subsistir bastantes meses, agravándose cada vez más el estado del enfermo.
¿Las ampollas del pénfigo dejan cicatrices una vez curadas?
Dichas ampollas se forman entre las capas superiores de la piel, de modo que, una vez transcurrida su evolución normal, no dejan cicatrices visibles, salvo en dos de las diferentes variedades de pénfigo (las más graves, aunque, afortunadamente, las menos frecuentes). Cuando se trata de uno de estos tipos, la formación de cicatrices es constante desde las primeras fases de la enfermedad.
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Una de las características más importantes de esta enfermedad es la fragilidad de la piel…
Que hace que se rompa con mucha facilidad o que se formen ampollas, debido a la alteración de la sustancia contenida entre las células de la epidermis. Por este motivo, los enfermos de pénfigo deben evitar, siempre que sea posible, los roces o presiones para que no aparezcan nuevas ampollas.
En ocasiones, el simple deslizamiento de los dedos sobre la piel con un mínimo de presión es suficiente para provocar lesiones. Tanto es así que, muchas veces, se utiliza dicha maniobra para establecer el diagnóstico correcto del pénfigo.
¿Qué tienen en común el impétigo y el pénfigo?
Ambas dolencias presentan lesiones cutáneas parecidas, como vesículas o ampollas. Pero mientras el pénfigo se produce por un mecanismo autoinmune, el impétigo es debido a una infección bacteriana de la piel, generalmente provocada por el estreptococo B-hemolítico. Asimismo es diferente el tratamiento: en el impétigo consiste esencialmente en la administración de antibióticos y en el pénfigo estos medicamentos sólo son utilizados para prevenir las infecciones cuando se rompen las ampollas.
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