Remedios para el raquitismo
El raquitismo es una enfermedad de la infancia, aunque en la actualidad no tan frecuente como en épocas remotas.
La causa más frecuente es el déficit de vitamina D. En su forma activa, la vitamina D actúa como una hormona al regular la absorción de calcio en el intestino y regular los niveles de calcio y fosfato en los huesos.
El déficit de vitamina D puede estar originado por diversas razones:
- Alimentación incorrecta
- Falta de sol
- Ciertas enfermedades intestinales, hepáticas o renales gue dificultan la correcta absorción y utilización de dicha vitamina.
No obstante, se dan algunos casos en los que aparece raquitismo aun cuando el aporte de vitamina D sea el adecuado. Se trata entonces de la existencia de afecciones renales que producen una pérdida excesiva de calcio y de fósforo por la orina.
El déficit de vitamina D, al originar insuficiencia de calcio y de fósforo en el organismo, se traduce en alteraciones óseas, nerviosas y musculares.
Hace 150 años era muy común el raquitismo, especialmente en el norte de Europa y de los Estados Unidos. En ese tiempo, a los niños pobres se les obligaba a trabajar en fábricas, pasaban muchos días en el interior y llevaban una alimentación baja en proteínas. Y cuando tenían la oportunidad de salir al aire libre y exponerse al sol (una de las formas de obtener esta vitamina), el humo de las fábricas bloqueaba los rayos solares.
El raquitismo es más probablemente en el período de crecimiento rápido del niño (de 6 a 24 meses de edad) cuando el organismo demanda niveles altos de calcio y fosfato. El raquitismo es poco común en recién nacidos.
Los síntomas visibles más comunes son:
• Zonas de reblandecimiento en el cráneo del bebé.
• Aparición de prominencias frontales y parietales, y frente abombada.
• Aparición tardía de los dientes, de modo anárquico, y más frágiles que los normales.
• Alteraciones muy importantes en la caja torácica las alteraciones, como el llamado pecho de pichón o pecho en quilla.
• Este reblandecimiento óseo es responsable de las graves deformidades que pueden surgir en
las extremidades inferiores de los niños raquíticos: genu varo, genu valgo (piernas arqueadas y piernas cuya parte inferior está separada). También son frecuentes las fracturas ocasionales.
Igualmente, la alteración del sistema nervioso provoca que los niños raquíticos duerman mal, sean irritables y suden excesivamente. Los trastornos musculares determinan hipotonía, debilidad y que los pequeños comiencen tarde a caminar.
El diagnóstico se realiza mediante exámenes de radiología de los huesos (las porciones finales de los huesos aparecen ensanchadas y desflecadas) y también de laboratorio con el fin de encontrar algún desequilibrio calcio-fósforo.
Remedios populares
Remedio para el raquitismo #1: Suministrar al niño frutos secos y verduras como brocoli ricos en calcio.
Remedio para el raquitismo #2: Dar al niño (una vez que ha dejado la etapa de lactancia) leche fortificada en vitamina D.
Lea: Remedio para la descalcificación
Remedio para el raquitismo #3: Proporcionar avena con el yogur al niño la cantidad adecuada a su edad.
Remedio para el raquitismo #4: Añadir perejil troceado en la comida del niño (ensaladas, jugos, etc).
Remedio para el raquitismo #5: Tomar una cucharada diaria de aceite de hígado de bacalao. El aceite de pescado contiene mucha vitamina D, así que se obtiene cierta cantidad al comer hígado de pescado, macarela, arenque, sardina, salmón, atún y otros tipos de pescados aceitosos.
Recomendaciones
Asegurarse durante el embarazo y la lactancia un aporte de calcio y vitamina D suficiente para cubrir las necesidades de la madre y de su futuro hijo.
No prolongar en exceso la lactancia y, lo antes posible, dar a los bebés una alimentación variada que contenga yema de huevo, hígado, queso y mantequilla, es decir, alimentos ricos en vitamina D. Es importante observar en ese punto que, aunque la leche materna es algo más rica en vitamina D que la de vaca, su contenido en dicha vitamina no suele bastar para las elevadas necesidades de los bebés en una etapa de crecimiento óseo muy rápido. De allí la necesidad que la alimentación, en este período, sea la más variable posible y que contenga todos los nutrientes necesarios.
No abusar de las papillas de cereales en la alimentación del bebé, ya que éstas, además de ser pobres en vitamina D, contienen fitina, sustancia que dificulta la absorción del calcio.
Permitir que el niño realice actividades físicas, preferiblemente al sol (sin tampoco ser excesivo), ya que con el movimiento, el riego sanguíneo de los huesos es mayor, como así también la llegada de minerales y otras sustancias. Todo ello aumenta las posibilidades de reduir la aparición del raquitismo.
Adminitrar, previa consulta con el médico, suplementos de vitamina D en las épocas en las que el crecimiento es más rápido, como ocurre durante los dos primeros años de vida y en la pubertad.
Vigilar que el niño tenga una buena postura y la utilización de aparatos ortopédicos, si sufre ya de raquitismo, lo que ayuda a reducir o prevenir las deformidades.
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