Remedios con verónica para tos, heridas, cansancio y más
La verónica es una planta herbácea vivaz que mide de 30 a 50 cm de altura en los bosques o sus lindes y en las landas.
Es una planta rastrera; el tallo es ascendente sólo en el extremo. Las hojas son opuestas, de limbos la mayor parte de las veces elípticos, obovados o lanceolados y de bordes dentados. El pecíolo es corto.
En la axila de las hojas superiores se desarrollan densos racimos de pequeñas flores. El cáliz es tan largo como el pedúnculo de la flor. La corola en forma de campana mide unos 7 mm de diámetro y es de color azul violáceo claro. La cápsula es recortada, glandular y mide unos 4 mm de longitud.
La verónica crece en la mayor parte de Europa. Es una planta medicinal con cuyas hojas secas se prepara una tisana que facilita la expectoración.
Las plantas que crecen en los Alpes suroccidentales son consideradas algunas veces como una especie independiente (V. allionii) ya que ellas son más o menos laminas, tienen cortos tallos, hojas y cápsulas pequeñas y una corola azul pálido.
Sin embargo, se pueden encontrar fuera de los Alpes unas plantas lampiñas, de pequeñas hojas y una corola más clara que la de la Verónica propiamente dicha.
Propiedades curativas
Toda la planta contiene toninos, un principio amargo, aceite esencial y saponósidos.
La veóonica tiene propiedades tónica, estimulante, digestiva, depurativa y vulneraria.
Se usa la planta entera en infusión de 20 gramos en un litro de agua, tomando tres tazas al día, contra los males del pecho y estómago; el mismo té sirve contra la arenilla y cálculos del riñon, vejiga e hígado.
El jugo exprimido de la planta, a la dosis de 60 gramos por día, cura la gota.
El cocimiento al 10 % se emplea para lavar cualquier clase de llagas de mal carácter.
La verónica fue en otros tiempos un medicamento muy usado en la obstrucción de los órganos del aparato respiratorio, principio de tuberculosis y reuma. La hierba en infusión es hoy todavía el remedio de la gente del pueblo para curar catarros del pecho.
El agua de verónica mezclada con 250 gramos de alumbre ahuyenta las polillas.
Remedios populares
Remedio con verónica para la falta de apetito Poner en infusión 40 g de la planta entera fresca o 20 g de la seca en 1 litro de agua. Dejar reposar durante 15 minutos y colar. Tomar 1 taza media hora antes de las comidas. Es un estimulante bueno para abrir el apetito
Remedio con verónica para las digestiones pesadas: A una dosis de 100 cm3 de vino blanco recién hervido, añadir un puñado de plantas frescas de verónica. Dejar reposar durante 10 minutos y tomar una hora antes de las principales comidas.
Remedio con verónica para la bronquitis, asma, resfriados, tos y catarros Introducir en un recipiente 30 g de la planta entera seca o 70 g de la fresca con 1 litro de agua recién hervida. Dejar reposar durante 10 minutos y colar. Agregar 100 g de miel de brezo. Tomar 3 tazas diarias: una en ayunas, otra al mediodía y la última por la noche.
Remedio con verónica para las eccemas, herpes y psoriasis: Poner a hervir durante 10 minutos 100 g de la planta fresca o 40 g de la seca en 1 litro de agua. Dejar reposar durante otros 10 minutos y colar. Se aplica en lavajes y compresas. Está indicada para heridas producidas por descamación de la piel que luego han dado lugar a eccema, herpes o psoriasis. El tratamiento consiste en lavar bien la zona afectada y poner sobre ella, durante un rato, una compresa humedecida en el líquido. Después se aplica la medicina recetada.
Remedio con verónica para las llagas y heridas con mal aspecto: Se aplican 3 o 4 lavajes diarios y se coloca una compresa humedecida en el líquido sujetándola con una venda. Repetir la aplicación 3 o 4 veces al día.
Remedio con verónica para el agotamiento o cansancio: Coger 100 g de las sumidades floridas secas trituradas y 10 g de canela en rama triturada. Revolver bien y guardar en un frasco de cristal. Se emplea durante el día preparando tazas de agua hirviendo y poniendo 1 cucharadita del preparado (2-3 g) a cada una. Dejar reposar durante 10 minutos y agregar 1 cucharada de miel. Tomar 3 o 4 tacitas durante el día. Empezar a tomar nada más notar el cansancio.
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