Vitaminas y minerales para el resfriado
Sea que tenga un resfriado o no, es una buena idea llenar su botiquín de la naturaleza de vitamina C, vitamina A y betacaroteno.
Estos nutrientes le ayudan a defenderse con rapidez antes de que el virus establezca su residencia y se multiplique en su cuerpo.
Vitaminas para prevenir y combatir el resfriado
Los estudios demuestran que la vitamina C puede reducir la duración de los resfriados comunes e incluso prevenirlos. Tomada en dosis suficientemente grandes, la vitamina C puede acelerar su sistema inmunológico al bombear suficiente combustible a los glóbulos blancos para destruir a los virus y bacterias invasores.
La vitamina C incrementa los niveles de interferón y tiene propiedades similares a las de éste; actúa como un antihistamínico natural que ayuda a secar los ojos llorosos y a reducir la congestión de pecho y nasal.
Se afirma que es también un potente antioxidante que puede ayudar a evitar el daño sufrido por su cuerpo cuando los virus o las bacterias atacan el sistema inmunológico.
Al primer síntoma de resfriado, tome 500 miligramos de vitamina C con bioflavonoides o escaramujos (rosehips) de cuatro a seis veces al día. Los bioflavonoides y los escaramujos fortalecen el poder de la vitamina C para combatir las infecciones en un 35 por ciento.
Otra vitamina que puede ser de utilidad es la vitamina A, que se conoce como “la vitamina antiinfecciosa”. Combate a los virus y a las bacterias en dos formas distintas. Al mantener sanas a las células del tracto respiratorio, proporciona una barrera que resiste a los microorganismos. Si algún microorganismo invasor se las arregla para traspasar la barrera, usted querrá que sus anticuerpos y linfocitos estén listos para destruirlo. La vitamina A ayuda a su cuerpo a proporcionar estos “refuerzos” en la batalla contra los invasores.
Tan pronto como usted note los síntomas de un resfriado, tome 100,000 unidades internacionales (IUpox sus siglas en inglés) de vitamina A diariamente durante tres días. Después reduzca la dosis a 25,000 IU diarias por una semana o hasta que los síntomas desaparezcan. Sin embargo, se advierte que éstas son dosis muy altas y usted debería consultar a su doctor antes de tomarlas.
El betacaroteno, que es el precursor de la vitamina A, está rebosante de poder antioxidante y propiedades antivirales. Refuerza la inmunidad y protege la glándula timo, que es como la “escuela” en donde cierto tipo de glóbulos blancos aprenden a reconocer a los invasores extraños.
El betacaroteno también lo protege contra los virus al mejorar las secreciones de la membrana mucosa. Al producir las secreciones, el betacaroteno evita que el virus se establezca en su cuerpo.
Si usted siente que le va a dar un resfriado, tome 100,000 IU de betacaroteno durante un período de 10 a 14 días; después reduzca la dosis a 50,000 IU diarias para evitar futuras infecciones respiratorias.
Zinc: Un mineral de mejoría
De todos los minerales que se encuentran en los multivitamínicos, el zinc es probablemente el más importante para mantener su inmunidad. Estimula al sistema inmunológico al generar glóbulos blancos y “entrenarlos” para que combatan a los virus.
Si usted consume muy poco zinc, su producción de glóbulos blancos puede bajar, lo que puede a su vez incrementar su riesgo de contraer un resfriado u otra infección respiratoria.
En un estudio, varios niños a quienes se les suministraron 10 miligramos de cinc diariamente durante 60 días presentaban menos posibilidades de contraer infecciones respiratorias en comparación con los niños que tomaron menos zinc. De hecho los niños que tomaron suficiente zinc tenían un 70 por ciento menos de probabilidades de padecer fiebre, un 48 por ciento menos de probabilidad de tener tos y un 28 por ciento menos de probabilidades de manifestar acumulación mucosa.
Aunque es mejor obtener el cinc de los alimentos, usted puede obtener la cantidad necesaria con los suplementos. No obstante, tenga cuidado de no tomar demasiado, ya que más no es necesariamente mejor. En efecto los doctores recomiendan no tomar más de 15 miligramos al día. Con la aprobación de su médico, usted puede tomar 30 miligramos al día con los alimentos de 7 a 10 días, pero no tome una cantidad mayor a menos que su doctor lo apruebe.
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Se ha encontrado que el gluconato de zinc (zinc gluconaté) en forma de pastillas reduce la duración de los síntomas del resfriado. En un estudio, los participantes que chuparon una pastilla de gluconato de zinc (que contenía aproximadamente 13 miligramos de zinc) cada dos horas durante el día se deshicieron de la tos, la congestión nasal, el dolor de garganta y los dolores de cabeza entre tres y cuatro días antes de que quienes no tomaron suplemento alguno.
Después de consultarlo con su doctor, puede tomar las pastillas para ayudar a deshacerse de estos síntomas. Se advierte no tomarlas durante más de una semana, ya que pueden debilitar su sistema inmunológico.
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