Vitaminas y minerales para las alergias
Muchas enfermedades pueden ser aliviadas y hasta superadas al suministrar al organismo las sustancias que necesita para su correcto funcionamiento; es decir, los minerales, vitaminas, ácidos grasos esenciales y el resto de nutrientes.
El casos de alergia no es una excepción y están indicados ciertos nutrientes que pueden obtenerse a través de los alimentos o de suplementos como los que, a continuación, se describen:
Magnesio para la alergia
Es, después del potasio, el mineral que se encuentra en mayor concentración dentro de las células y es quizá el nutriente más importante para combatir los ataques alérgicos, pues relaja los bronquios y reduce la respuesta que inflama las mucosas y contrae las vías respiratorias. Injustamente no tiene el prestigio de otros minerales, pese a su importancia para la salud.
Quizá porque los productores de alimentos ricos en magnesio como algas kelp, semillas, frutos secos, cereales integrales, legumbres y verduras de hoja verde, no han financiado un grupo de presión que se encargue de defenderlo. La consecuencia es que la mayoría de la población no obtiene diariamente la dosis recomendada.
Si se desea asegurar la ingesta mediante un suplemento, conviene elegir una fórmula multimineral. La presentación en que se absorbe de manera más eficaz es el citrato de magnesio.
Vitamina B6 para combatir la alergia
Es la vitamina del grupo B con más implicaciones en los procesos inflamatorios, la transmisión nerviosa y la inmunidad. Ésta se obtiene de cereales integrales, legumbres, plátanos, semillas, frutos secos, coles de Bruselas y coliflor.
Las células que componen la piel y las mucosas de las vías respiratorias tienen mayores necesidades de esta vitamina para cumplir correctamente con sus funciones fisiológicas. Existe la sospecha de que los alérgicos sufren una deficiencia de viamina B6 que causa alteraciones en el metabolismo de ciertos aminoácidos y neurotransmisores.
La suplementación con dosis moderadas puede reducir la frecuencia y la severidad de los síntomas de asma y bronquitis en algunos pacientes.
Vitamina C para combatir la alergia
La más prestigiosa de las vitaminas también está indicada para tratar las alergias. La vitamina C resulta esencial para la síntesis del colágeno; es decir, de la estructura de los tejidos del cuerpo humano. Además, es crucial para la función inmunitaria, la síntesis de hormonas y la absorción de otros nutrientes. Ésta se obtiene de pimiento rojo, kiwi, naranja, brócoli, coles de Bruselas y repollo.
Como parte de su acción sobre el sistema inmunitario mejora la respuesta del organismo al entrar en contacto con alérgenos, entre otras cosas, porque es un antihistamínico natural (reduce su producción y favorece su eliminación). Es decir, aumenta el nivel de tolerancia.
Por otro lado, combate la acción de los radicales libres en los pulmones y las vías respiratorias e inhibe el estrechamiento de los bronquios. Por estas razones se recomienda tomar suplementos como medida preventiva, especialmente si se está atravesando un periodo de estrés físico, emocional o psicológico, pues en estas circunstancias aumenta la eliminación a través de la orina.
Selenio y carotenos para la alargia
El selenio es un mineral especialmente conocido por su efecto antioxidante y anticancerígeno que se obtiene del germen de trigo, avena, salvado de trigo, pan integral, centeno, arroz integral y ajo. Los suplementos de selenio reducen además la producción de leucotrienos, unos potentes agentes provocadores de síntomas alérgicos junto con la histamina.
Puede asimismo el selenio ayudar a proteger al cuerpo de los efectos tóxicos de los químicos y metales pesados; sustancias que son dañinas para el organismo. Está especialmente indicado en los casos de alergia que cursan con eczema o dolores en las articulaciones.
Los carotenos, una familia de 600 pigmentos vegetales de colores rojos, anaranjados y amarillos, tienen una acción similar a la del selenio y además favorecen la integridad de los tejidos del sistema respiratorio.
Quercetina para la alergia
Pertenece a la gran familia de los bio-flavonoides -los compuestos químicos que dan color a los vegetales- y se obtiene del trigo sarraceno, cebollas, té verde, alcaparras, apios, manzanas, uvas rojas y las frutas cítricas. En los estudios clínicos se ha revelado como el más efectivo de los 4.000 bioflavonoides conocidos, lo que significa que posee un enorme potencial preventivo y curativo.
La quercetina tiene la capacidad de modificar la respuesta del organismo ante la exposición a virus, agentes cancerígenos y alérgenos. En concreto, contribuye a estabilizar las membranas de las células que producen la histamina, sustancia causante de las molestias de los alérgicos. Además, posee un efecto antioxidante que protege frente al daño degenerativo causado por los radicales libres.
Para obtener el máximo beneficio conviene tomar los suplementos de quercetina una o dos semanas antes de que comience la estación del polen y continuar hasta que termine, ya que su efecto es preventivo.
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