Abeja macerada (Apis mellifica)
Es la abeja macerada en alcohol y triturada con azúcar de leche. Fue Brauns, de Thuringia, quien empezó a usarla como remedio homeopático en 1835. En 1847 el Dr. Marcy de Nueva York observó la curación de una paciente suya aquejada de fallo renal, ya en estado desesperado, que mejoró después de tomar polvo de abejas calcinadas al horno que le había dado una vieja india.
La patogenesia fue realizada en 1852 por el Dr. Humphries y publicada al año siguiente por el Dr. C. Hering en American Provings. .
Hay actualmente una enorme cantidad de trabajos y referencias que confirman la actividad terapéutica del veneno de abeja
El veneno del aguijón (que contiene histamina, hia-luronidasa y bradiquinina), recogido en azúcar, se usa como Apis vivus (algunos autores escriben Apium virus), preparado en alcohol o glicerina, con las mismas indicaciones que la abeja entera.
La acción del remedio puede constatarse con un aumento del flujo de orina. La llamada apiterapia, o tratamiento con diversos productos de las abejas (veneno, miel, jalea real, etc.), se está extendiendo en la actualidad. El medicamento Carbolicum acidum es un buen antídoto en las picaduras de abeja.
Esfera de acción
Órganos, aparatos y sistemas en que más influye el medicamento (aunque no hay que olvidar que el preparado homeopático ejerce una acción global en el organismo). En el caso del Apis mellifica, su espera de acción es:
Sistema nervioso
Piel-mucosas
Aparato genitourinario
Características
Cualidades dominantes que indican los síntomas que mejor definen la actividad del remedio, tanto en frecuencia como en intensidad. En el caso de Apis mellifica son:
Inflamación-edema
Dolores agudos punzantes
Gran sensibilidad al tacto/presión
Intolerancia al calor
Sintomatología
Descripción particularizada de los síntomas en diferentes órganos, aparatos y funciones, de la cabeza a los pies los cuales son mejoradas por este remedio.
Mental Alucinaciones: ve imágenes, fantasmas. Apatía con temor constante. Celos. Concentración difícil. Conducta infantil. Deja caer los objetos de las manos. Desea la compañía. Debilidad de memoria. Estupor, delirio con locuacidad. Gran abatimiento con deseos de llorar. Grito meníngeo. Inconsciencia durante la fiebre. Indiferencia. Inquietud. Irritación meníngea. Irritabilidad. Presiente que ha de morir. Quiere romper objetos. Torpeza. Trastornos por vejación, rabia, malas noticias. El enfermo se escurre hacia los pies de la cama.
Cabeza Congestión cerebral. Cefalea > presión > aplicaciones frías. Hunde la cabeza en la almohada. Rigidez de nuca, rodillas dobladas. Convulsiones al despertar. Meningitis secundaria a paperas.
Cara Pálida, edematosa, color de cera, o roja e hinchada. Dolores agudos punzantes. Nariz roja y edematosa. Paperas.
Ojos Párpados rojos, hinchados. Conjuntivitis. Queratitis. Blefaritis con dolor lancinante. Tracoma.
Aparato respiratorio Edema de glotis. Tos seca. Disnea como si no pudiese volver a respirar: sensación de que cada respiración será la última. Derrame pleural.
Aparato digestivo Lengua inflamada, dolorosa. Epiglotis edematosa. Inflamación de la garganta, con gran enrojecimiento. Úva que cuelga como un saco, como una gota de agua. Sensación de espina de pescado en la garganta. Escarlatina con ronchas en el paladar duro, garganta edematosa roja brillante, dolor al tragar con ausencia de sed. Difteria de inicio rápido y violento, con hinchazón edematosa, sofocación y dolores punzantes y ardientes; pronóstico grave cuando hay ausencia de dolor. Preventivo de la difteria. Ausencia de sed. Gran deseo de leche. Distensión, meteorismo. Diarrea acuosa, amarilla. Diarrea verdosa, abundante, con coágulos rojos y brillantes, parecidos a la salsa de tomate.
Aparato urinario Disminución de la orina. Albuminuria. Cüindruria. Escozor al orinar. Sensación de ardor con las últimas gotas. Cistitis. Incontinencia. Orina muy caliente. Inflamación renal aguda. Nefritis consecutivas a difteria y escarlatina.
Aparato genital Aumento del deseo sexual. Dolor e inflamación de testículos. Hidrocele. Quiste de ovario derecho, doloroso: «Pocas medicinas causan tantos síntomas ováricos».175 Salpingitis. Dismenorrea. Amenorrea después de un susto. Amenaza de aborto.
Extremidades Edema, inflamación, hinchazón. Articulaciones rosáceas, calientes. Dolores punzantes, como picaduras de abeja. Quemazón. Adormecimiento. Alteraciones reumáticas. Derrame articular. Parálisis después de afecciones graves.
Piel Erupción rojiza, sensible, con tumefacción localizada y dolores punzantes, ardientes. Sensación «como si estuviera acostado en una cama llena de agujas». Peor después de suprimir una erupción: sarampión, urticaria, escarlatina. Muy sensible al tacto: hasta los cabellos parecen sensibles. Edema angioneurótico.
Sueño Somnolencia constante con bostezos. Pesadillas. Sueños de volar, de viajar. Sobresaltos durante el sueño. Gritos agudos y repentinos al despertar. Rechinamiento de dientes. Cabeza mojada de sudor.
Fiebre Sed durante el escalofrío. Ausencia de sed durante la fiebre.. Sueño después del paroxismo de fiebre. Urticaria después de la sudoración.
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