Hierbas y especias para la artritis

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Los esqueletos prehistóricos revelan que los dinosaurios padecían de artritis; esto también le sucedía al hombre de Java. En la antigua Roma, los artríticos no tenían que pagar impuestos… un plan poco práctico para Estados Unidos, donde más de 37 millones de personas padecen de esa enfermedad.

La artritis reumatoide, que por lo general ataca entre los 20 y los 40 años, comienza con la inflamación de las membranas que revisten las articulaciones; poco a poco, erosiona el cartílago; puede involucrar los vasos sanguíneos, los músculos y, prácticamente, todos los órganos del cuerpo, produciendo a largo plazo una deformidad de las articulaciones.

Los trastornos autoinmunes como el lupus, las infecciones bacterianas, el estrés emotivo o las reacciones a ciertos alimentos se asocian a menudo con el comienzo de la artritis, o con su reaparición después de una etapa de remisión.

Existen hierbas y especies que pueden ayudar a las personas que sufren de artritis, ya que tiene un poder analgésico y antiinflamatorio natural que alivian el malestar, mejoran la flexibilidad, retardan el progreso de la enfermedad y, tal vez, lo más importante sin los serios efectos secundarios que causan muchos de los medicamentos comerciales recetados en caso de artritis.

Hierbas para la artritis

Hierbas que son consideradas antiinflamatorios naturales (consumo interno) adecuados en el caso de la artritis son:
Matricaria
Harpagofito
Bupleurum
Regaliz

Hierbas antiinflamatorias para aplicación externa de las zonas afectadas:
Lobelia
Viburno

Hierbas para combatir el dolor causado por la artritis:
Corteza de sauce
Ortiga
Té verde
Raíz de bardana

Especias para la artritis

Cúrcuma La cúrcuma (azafrán de las Indias, turmeric), un condimento indio, contiene un compuesto antiinflamatorio y antioxidante llamado curcumina que podría resultar útil para las personas que sufren de artritis reumatoidea, especialmente cuando sus síntomas empeoran. En investigaciones realizadas, la curcumina tiene excelentes efectos antiinflamatorios y antioxidantes en los animales, sin presentar toxicidad alguna.

Cuando hay curcumina presente, el cuerpo tiene menos probabilidades de formar los compuestos que juegan un papel decisivo en provocar la inflamación. La investigación realizada en seres humanos aún es muy vaga, pero algunos estudios preliminares sugieren que sí aporta algunos beneficios.

La dosis recomendada de curcumina es entre 400 y 600 miligramos tres veces al día con o sin alimentos. Si usted no nota cierto alivio en un lapso de 10 días, deje de tomarla. No hay peligro al tomarla por tiempo indefinido mientras usted no padezca de problemas digestivos.

Jengibre El jengibre, que es pariente de la curcumina y es la misma especia que se usa para hornear y cocinar, tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que resultan útiles para la artritis reumatoidea. En varios estudios realizados, el jengibre ayudó a reducir el entumecimiento, el dolor y la inflamación muscular.

Usted puede tomar jengibre en lugar de curcumina si así lo prefiere. Las dosis que se recomienda son de 100 a 200 miligramos tres veces al día de extracto de jengibre estandarizado que contengan gingerol y chogaol, los componentes activos.

También tiene la opción de tomar de 8 a 10 gramos de jengibre fresco o de 2 a 4 gramos (aproximadamente una cucharadita) de jengibre seco en polvo todos los días. Si padece de cálculos biliares, no use la raíz seca o el polvo.

El jengibre puede ser especialmente aliviador si la artritis reumatoidea que usted padece también incluye problemas gastrointestinales. Si usted tiende a “acalorarse” , o sea, si tiende a sudar mucho o si sus articulaciones se sienten calientes e hinchadas, será mejor que evite el jengibre.