Remedios para el trastorno de la integración sensorial

El trastorno o disfunción de la integración sensorial es un trastorno neurológico que se debe a la incapacidad del cerebro para integrar una determinada información recibida de los cinco sistemas sensoriales básicos del cuerpo.

Estos sistemas sensoriales son responsables de detectar imágenes, sonidos, olores, sabores, temperatura, dolor y la posición en los movimientos del cuerpo. El cerebro forma un cuadro combinado de esta información con el fin de que el cuerpo tome conciencia de su entorno y reaccione a él apropiadamente. La relación continua entre la conducta y la función del cerebro se denomina integrac ion sensorial.

Las experiencias sensoriales incluyen tacto, movimiento, conciencia corporal, imagen, sonido, color, sabor y el empuje de la gravedad. Distinguir entre ellas es el proceso de integración sensorial. Aunque el proceso de integración sensorial se produce de forma automática y sin ningún esfuerzo en la mayoría de las personas, en algunas de ellas es ineficaz.

Estas personas necesitan un esfuerzo y una atención importantes para que la integración sensorial tenga lugar. Cuando esto ocurre los objetivos no se cumplen fácilmente, lo que da lugar a un trastorno de la integración sensorial.

El proceso normal de integración sensorial pieza antes del nacimiento y sigue durante toda la vida, desarrollándose en su mayoría antes de la adolescencia. La capacidad de la integración sensorial para llegar a ser más refinada y efectiva coincide con el proceso de envejecimiento, y est0 determina cómo se desarrollan las habilidad motoras, de lenguaje y la estabilidad emocional.  Los principios de la teoría de la integración sensorial dan lugar a una investigación continua que busca los fundamentos en los que se basa el aprendizaje complejo y la conducta durante la vida.

La presencia de un trastorno de la integración sensorial se detecta generalmente en los niños pequeños. Aunque la mayoría de los niños desarrollan la interacción sensorial durante las actividades infantiles habituales, lo que ayuda a establecerla es la capacidad de planificación y adaptación motora a las nuevas sensaciones, mientras que en otros casos la capacidad de creación sensorial no está desarrollada con la misma efectividad.

Cuando el proceso se ve alterado, pueden resultar evidentes problemas diversos en el aprendizaje, el desarrollo o la conducta.

Las personas con disfunción de la integración sensorial pueden ser incapaces de responder a determinadas informaciones sensoriales para planificar y organizar sus actividades de una forma apropiada y automática.

Esto puede dar lugar a una técnica de supervivencia primitiva o respuesta de evitación que se origina en el cerebro «primitivo». Esta respuesta suele parecer extrema e impropiada para la situación concreta.

La desorganización neurológica que da lugar al trastorno de la integración sensorial se produce de tres formas diferentes: el cerebro no recibe los mensajes debido a una desconexión en las neuronas; los mensajes sensoriales se reciben de forma inconsistente; o los mensajes sensoriales se reci ben de forma consistente pero no conectan ade cuadamente con otros mensajes sensoriales. Cuan do el cerebro procesa escasamente los mensajes sensoriales, el resultado es una actuación motora, de lenguaje o emocional deficiente.

De acuerdo con el sistema internacional de integración sensorial, los signos del trastorno de la integración sensoriai son los siguientes:

• Exceso de sensibilidad al tacto, movimiento, imágenes o sonidos. ,
• Menor reactividad al tacto, movimiento, imágenes o sonidos.
• Tendencia a distraerse con facilidad. , problemas sociales o emocionales.
• Nivel de actividad inusualmente elevado o inusualmente bajo.
, Torpeza física o aparente descuido.
• Impulsividad y falta de autocontrol.
• Dificultad para realizar la transición de una situación a otra.
• Incapacidad para relajarse o calmarse.
• Escasa autoestima.
• Retraso en el lenguaje o actividades motoras.
• Retraso en el rendimiento académico.

Aunque la investigación indica que los problemas de integración sensorial se encuentran en más del 70% de los niños y se considera un tras-tomo de aprendizaje en las escuelas, los problemas de la integración sensorial no se limitan a los niños con problemas de aprendizaje: el trastorno de la integración sensorial afecta a todos los grupos de edad, al igual que a todos los niveles intelectuales y grupos socioeconómicos.

Los factores que contribuyen al trastorno de integración sensorial son: parto prematuro, autismo y otros trastornos del desarrollo, problemas de aprendizaje, delincuencia, abuso de sustancias, trastornos relacionados con el estrés y lesiones cerebrales. Dos de los principales cuadros que contribuyen principalmente son autismo y trastorno de hiperactividad y déficit de atención.

Con el fin de determinar la presencia del trastorno de la integración sensorial, debe realizarse una floración por parte de un fisioterapeuta o un te-rapeuta ocupacional cualificado. La valoración suele consistir en pruebas estandarizadas y obser-aciones estructuradas de las respuestas a la esti-
mulación sensorial, postura, equilibrio, coordinación y movimientos oculares.

Estos resultados y los datos de valoración junto con la información de los profesionales y los padres, son analizados cuidadosamente por el terapeuta, que posteriormente realiza recomendaciones sobre el tratamiento más adecuado.

Remedios populares

El trastorno de la integración sensorial se trata con terapia ocupacional, aunque están surgiendo algunos métodos alternativos para complementar los métodos convencionales utilizados.

El cepillado corporal terapéutico suele utilizarse en niños (no lactantes) que reaccionan excesivamente a la estimulación táctil. Se utiliza un cepillo quirúrgico específico no irritante para realizar movimientos firmes en la mayor parte del cuerpo, especialmente brazos, piernas, manos, espalda y plantas de los pies.

Después del cepillado, se aplica una técnica de compresión articular profunda. Habitualmente esta técnica la inicia un terapeuta ocupacional, que enseña a los padres para que completen el proceso durante tres a cinco minutos, entre seis y ocho veces al día. El tiempo necesario para el cepillado se reduce y el niño empieza a responder más al tacto. Para que esta terapia sea efectiva, debe utilizarse un cepillo y una técnica correctos.

Un estudio reciente indica que el empleo de estimulación eléctrica cerebral es útil en niños con un trastorno de tipo autista entre moderado y grave, trastornos del aprendizaje y disfunción de la integración sensorial. Esta técnica es una modificación de la estimulación eléctrica transcutánea (TENS) que se ha utilizado para tratar a los adultos con diversos problemas dolorosos, como la artritis y el síndrome del túnel carpiano.

La terapia con TENS emplea una señal de bajo voltaje que se aplica al cuerpo a través de la piel con el objetivo de sustituir las impresiones dolorosas por una sensación similar al masaje. En la estimulación eléctrica cerebral, se emplea una señal mucho menor, y los electrodos se colocan en el cuero cabelludo y las orejas.

Los terapeutas ocupacionales que han estudiado el empleo de esta técnica sugieren que, en niños con trastorno de la integración sensorial, puede dar lugar a una mejoría de la actividad cerebral. El niño lleva el dispositivo en casa durante diez minutos, dos veces al día.

La musicoterapia ayuda a fortalecer la escucha activa. La hipnosis y el biofeedback se emplean en ocasiones, junto con la musicoterapia, para ayudar a Tos pacientes con trastorno de la integración sensorial.